jueves, 3 de marzo de 2011

El Mausoleo de Qin Shi Huang, el emperador que intentaría ganarle a la muerte,


El Mausoleo de Qin Shi Huang,  el emperador que intentaría ganarle a la muerte,
El Mausoleo de Qin Shi Huang


El mausoleo
El mausoleo se encuentra en el monte Lí, a unos 30 kilómetros al este de la ciudad de Xian, en el distrito de Linton, en la provincia de Shaanxi, al noroeste de China.

Qin Shi Huang (260-210 A.c.) fue el primer emperador de China. Aglutinó, por primera vez en la historia, mediante sucesivas conquistas los territorios que forman actualmente la república de China bajo el mandato de un mismo soberano (hasta aquel momento el país había estado dividido en múltiples estados feudales en continua lucha entre si), y los unificó mediante la introducción de unas señas de identidad común como es la utilización de una misma moneda, escritura, sistema legal, sistemas métricos…


muralla
De carácter dictatorial e intransigente, el emperador Qin Shi Huang impuso estrictas reglas y no dudo ni un instante en usar la fuerza para imponer sus normas. Quemó los libros que contuviesen ideas distantes a las suyas, enterró vivos a sus detractores, condenó a miles de intelectuales a trabajos forzados en la obra de la Gran Muralla… Todo en búsqueda de la perpetuación de su dinastía en el trono.


También fue un gran derrochador, y emprendió diversos proyecto cuasi faraónicos como fue el Palacio Afang o su propio mausoleo.
Entre sus logros figura el inicio de la construcción de una de las grandes maravillas del mundo: la Gran Muralla China. El objetivo de esta fantástica edificación era defender el territorio de China de los continuos ataques de los nómadas xiongnu de Mongolia y Manchuria.
mausoleo, por dentro,


En la construcción del mausoleo de Primer Emperador Qin (descubierto en marzo de 1974) participaron unos 700.000 hombres, y tardaron más de treinta años en concluirlo. Se encuentra en la montaña Lishan, a unos 30 kilómetros de Xi'an, en la provincia de Shaanxi. El recinto mide 56 kilómetros cuadrados y su altura es de unos 76 metros. Su forma es piramidal, y a su alrededor se encuentran más de 400 tumbas y fosas de súbditos del emperador junto con objetos funerarios.
Luego de su entronización se inició la construcción de la tumba en un lugar geománticamente apropiado. Se apoya ésta en el monte y mira hacia el agua. Tardaron los trabajos 40 años, con la participación de más de 700 000 obreros reclutados, una décima parte de jóvenes y adultos de aquel entonces. No se había aun concluido, cuando la dinastía Qin llegó a su término.


rió amarillo,
No sabemos por qué a pesar de los milenios transcurridos, desde que fue enterrado el emperador en 210 a. n. e. esta tumba jamás ha sido abierta. Los detalles interiores son sólo conocidos por los Anales de la Historia: La excavación es profunda hasta el estrato de aguas subterráneas. Tuvo que reforzarse con materiales de cobre. En el suelo había un río de mercurio, sobre el cual flotaba el ataúd de oro. La parte superior del techo arqueado de la recámara, donde se halla el ataúd, tiene pintados astros, mientras la parte inferior está decorada con un mapa topográfico de China y pinturas de paisajes de su amplísimo reino. La recámara, alumbrada por una “Lámpara perpetua", contiene joyas y otros objetos de extraordinario valor. La entrada está custodiada por ballestas controladas por aparatos mecánicos, contra posibles profanadores.
Muchos arqueólogos sienten la obsesión de revelar cuanto antes este gran enigma. Sin embargo, la protección de tan rica herencia cultural exige prudencia para tomar las medidas más seguras.


dinastía Qin
El Mausoleo de Qin Shi Huang fue originalmente un magnífico cementerio. Las construcciones en la superficie ya no existen. Las investigaciones revelan que el mausoleo fue edificado según el plan urbanístico de Xianyang, capital de la dinastía Qin, dividida también en dos partes: interior y exterior, La tumba y su área periférica miden 66 km2, extensión más amplia que la actual Xi’an.


guerreros de terracota
Guerreros y corceles de tamaño natural fueron descubiertos en esta zona, en marzo de 1974, cuando un grupo de campesinos excavaban los pozos. Así, la octava maravilla del mundo –el Ejército de Terracota de Qin Shi Huang- salió a luz.
A 1,5 km al este del mausoleo, cerca de 8 000 figuras de cerámica, 100 carros de madera y 40 000 piezas de armas de bronce estaban dispuestos en tres fosas de una superficie total de 20 000 m2. El foso núm. 1 tiene una superficie de 12 000 m2. Es el más grande y contiene 6 000 esculturas de caballos. En el foso núm. 2 –la mitad de la extensión del primero-, hay mil caballos. El foso núm, 3 sólo ocupa una área de 500 m2. Exhibe 68 guerreros. Según investigaciones arqueológicas, los fosos simbolizan el ejército que en vida tuvo Qin Shi Huang, protegen el mausoleo, y los guerreros están dispuestos en formación militar. El núm. 3 es el cuartel general, que dirige a los tres ejércitos.
caballos


Desde la tribuna de revista en el foso núm. 1, se puede ver una lesión subterránea sin parangón en el mundo. Tres filas de 210 guerreros constituyen la vanguardia. Vienen luego los ballesteros, seguidos por 40 columnas de infantes, caballeros y cocheros, acorazados, todos salen por decenas de túneles. A los lados izquierdo y derecho, la guardia y, al final, tres filas de retaguardia. La imponente formación del ejército listo para entrar en batalla, sugiere pensar en aquel momento, en el esfuerzo y el arrojo del Primer Emperador para unificar su vasto imperio.
Los guerreros y corceles de terracota constituyen un bello mundo escultórico. Cada uno, con la boca cerrada; algunos se mantienen de pie, apacibles.


cuerpos
Cabezas y cuerpos de los guerreros han sido moldeados, cocidos y pintados separadamente, y unidos más tarde. Estaban antes pintados. Por la erosión del tiempo y el agua subterránea, han perdido en su mayor parte el color.
El descubrimiento de este ejército de terracota, retrotrae la aparición de la escultura en colores a la dinastía Qin y no a la Tang, como se suponía antes. Los autores de este numeroso ejército Qin de terracota han sido los pioneros en dar fuerza, vivacidad y realismo a la escultura china.


Qin Shi Huang


Qin Shi Huang fue enterrado en el mausoleo que, de acuerdo con Sima Qian, había comenzado a construir cuando ascendió al trono de Qin. De manera un tanto sorprendente, el historiador escribe acerca del espléndido mausoleo del emperador sin mencionar las impresionantes filas de guardias descubiertas afuera. A pesar de que su relato acerca de 700,000 obreros forzados y convictos trabajando en el sitio algunas veces ha sido considerado como una exageración, estos reclutas en la construcción del mausoleo sin duda participaron en la reproducción en terracota y bronce del ejército, los sirvientes y las mascotas favoritas del emperador.
El mausoleo fue adornado con una extravagancia exquisita y sin precedentes. Sima Qian escribió: “Para llenar la tumba se trajeron réplicas de palacios, torres pintorescas y cientos de guerreros, así como extraños utensilios y maravillosos objetos… Se utilizó mercurio para crear imitaciones de los cien ríos, el Río Amarillo y el Yangtzé, y los mares, construidos de tal manera que parecían fluir. Encima había representaciones de todos los cuerpos celestiales, debajo, las características de la tierra”.


Epang
Sin embargo, esta clase de fastuosidad no se reservó únicamente para su último lugar de descanso. Para relacionar aún más su vida y obras con una posición central en el cosmos, el emperador había trazado sus palacios conforme a las estrellas, la morada de una deidad suprema. Sima Qian documentó detalles de los palacios más fabulosos. El palacio Epang (Ebang) es al que los especialistas consideran como uno de los más grandes y grandiosos jamás construidos, con un inmenso salón del trono que debió medir cerca de 675 metros (más de un tercio de milla) de largo. Las aspiraciones místicas del emperador se reflejaron en el diseño del palacio: “Un camino elevado que se extendía de Epang hacia el norte a través del río Wei para unir el palacio con Xianyang, imitando la forma en el cielo de un corredor que va de la estrella más alta pasando por la Vía Láctea hasta la estrella de la Habitación Real”.


guerreros, para ayudarlo en la inmortalidad,
Por medio de sacrificios en montañas y otros lugares solemnes, el emperador creía haber unificado así el universo de los espíritus así como los estados terrenales. Se veía a sí mismo como el primero de una línea de gobernantes cuya sucesión duraría 10,000 generaciones y no tendría fin; sin embargo, pese a todos sus planes, la dinastía de Qin Shi Huang terminó con el suicidio deshonroso y prematuro de su hijo, el Segundo Emperador, durante un levantamiento. Como este hijo ya había tomado la precaución de eliminar a todos sus hermanos, la dinastía Qin terminó sólo cuatro años después de la muerte del Primer Emperador.
Si el Primer Emperador falló en su misión de alcanzar la inmortalidad en esta vida, había diseñado complicados planes para tomar la próxima por sorpresa. Esta motivación explica tanto el mausoleo como los Guerreros de Terracota.
Incapaz de superar su miedo a la muerte o de instaurar su gobierno universal y eterno en esta vida, el “Primer Dios Augusto” (o dios-gobernante) decidió establecer su autoridad y poder supremos después de su muerte. El orgullo desmedido que caracterizó su vida lo acompañó más allá de la muerte.


tumba
De acuerdo con los antiguos conceptos chinos, la muerte, los espíritus y la vida después de la muerte no estaban tan claramente divididos del mundo de los vivos como es el caso en las culturas occidentales modernas, y la vida después de la muerte podía ser un reto mucho más aterrador y peligroso que la existencia terrenal. ¿Sus enemigos buscarían venganza? Como creía que las personas seguían desempeñando las mismas funciones después de la muerte, tenía una razón particular para temer a los ejércitos de los seis estados que no sólo había derrotado, sino masacrado, por lo que ordenó que un ejército lo acompañara después de morir. Probablemente ésa es también la razón por la que los Guerreros de Terracota miran hacia el Este, hacia un pasaje por el cual un ejército enemigo podría acercarse más fácilmente al mausoleo subterráneo: el último palacio del Primer Emperador.


No obstante, los Guerreros de Terracota nunca pelearon una batalla y su emperador no conquistó la muerte ni la vida después de ésta. Tampoco logró gobernar el universo ni nada más. Enterrado y olvidado por más de dos milenios, su ejército hueco e inmóvil y sus sirvientes son, de hecho, un testimonio silencioso de los límites del poder y la influencia humanos.
Los Guerreros de Terracota son testigos silenciosos de uno de los intentos colosales (aunque vanos) de un hombre por vencer a la muerte. El Primer Emperador de China falló, al igual que todos los que lo han intentado. No se convirtió en un dios ni conquistó la muerte, la vida después de la muerte ni el universo, Solo fue un ser viviente que logro gobernar un gran imperio,
testigos silenciosos




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