jueves, 14 de abril de 2011

El dominio del fuego, fue tardío en ser descubierto por los humanos


El dominio del fuego, fue tardío en ser descubierto por los humanos
fuego



combustión
Se llama fuego a la reacción química de oxidación violenta de una materia combustible, con desprendimiento de llamas, calor, vapor de agua y dióxido de carbono. Es un proceso exotérmico. Desde este punto de vista, el fuego es la manifestación visual de la combustión.
Se señala también como una reacción química de oxidación rápida que es producida por la evolución de la energía en forma de luz y calor.



domar el fuego
El fuego ha fascinado a la humanidad durante siglos. Quizá el ser humano cobró conciencia de su superioridad cuando dominó el fuego, al que los demás animales temían. Sus primeros usos fueron el calor y la defensa ante las alimañas, pero enseguida dio pruebas de que era algo más. La simple observación de que la punta del palo, con que se removían los brasas de una fogata, se carbonizaba y ganaba dureza, convirtiéndolo en arma de caza más eficaz, fue el principio de su aplicación como generador de técnicas.

A su alrededor, y gracias a su calor, han vivido millones de hombres. El hombre ha sabido usar la energía del fuego en su provecho, para extraer la energía de los materiales que le proporcionaba la naturaleza o poder moldearlos a su gusto. Si bien la mano es la herramienta principal del hombre, también el fuego tiene parte en la responsabilidad de la construcción de la actual cultura.

Homo Erectus
Hacia el 1.600.000 a.C. Homo Habilis se había extinguido. En primer lugar había evolucionado hacia una nueva especie , Homo Erectus, cuyos individuos presentaban mas o menos la misma corpulencia y peso que los modernos seres humanos. Si algunos especimenes de Homo habilis subsistieron tras la consolidación de la nueva especie, su supervivencia fue breve.
Entre 1.000.000 y 300 000 a. J.C., Homo erectus era el único homínido existente. Y fue el primero que, en algunos casos, llegó a medir 1,80 m de estatura y se aproximó a los 70 Kg. de peso. Su cerebro era asimismo voluminoso; en ocasiones alcanzaba un peso equivalente a las tres cuartas partes del nuestro.

área de poblamiento
Homo erectus fabricó útiles de piedra mucho mejores que los conocidos hasta el momento. Como cazadores, sus individuos eran capaces de cobrar los animales más grandes que podían hallar. Fueron los primeros homínidos que lograron cazar mamuts con éxito. Homo erectus llevó a cabo dos avances particularmente trascendentales.
Durante tres millones y medio de años, todos los homínidos se habían visto confinados al sudeste de África. Homo erectus fue el primero en expandir significativamente su área de poblamiento: hacia 500.000 a. J.C., había ocupado el resto de África, Europa y Asia, llegando incluso a Insulindia.

primeros descubrimientos
En efecto, los primeros descubrimientos de restos de Homo erectus se hicieron en la isla Indonesia de Java, donde la antropóloga holandesa Marie E. Dubois (1858-1940) halló en 1894 una  bóveda craneana, un fémur y dos dientes. Por entonces no se conocía ningún homínido con un cerebro tan pequeño, y Dubois le dio el nombre de Pithecanthropus erectus (de los términos griegos que significan «mono-hombre erecto»).


Davidson Black
Hallazgos semejantes efectuó en las proximidades de Pekín, a partir de 1927, el antropólogo canadiense Davidson Black (1884-1934), el cual llamó a su homínido Sinanthropus pekinensis (en griego, «hombre chino de Pekín»).
Acabó reconociéndose que ambos hallazgos, junto con otros, correspondían a la misma especie y podían clasificarse como del género Homo. Se mantuvo el término erectus, introducido por Dubois, aunque los homínidos llevaban caminando en posición erecta al menos dos millones y medio de años antes de que hubiera evolucionado Homo erectus. Lo cual, por supuesto, se ignoraba en tiempos de Dubois.
Por la época en que se produjo la evolución de Homo erectus, la Tierra se hallaba en un período glacial. Cuando los glaciares alcanzaron su máxima extensión, restaron tanta agua al mar que el nivel de este último descendió unos 90m., dejando al descubierto el fondo de los mares poco profundos. Lo cual permitió a Homo erectus emigrar del continente asiático a Insulindia.

se resguardaba 
El tiempo frío impulsó la adopción de nuevas costumbres. Homo erectus se desplazaba formando bandas, como sin duda hicieron los primeros homínidos, pero ahora se resguardaba del viento construyendo abrigos de piedras amontonadas, o colgando pieles de un palo en torno al cual se reunía la horda. Éstas fueron las habitaciones más rudimentarias. Donde existían cuevas, Homo erectus halló refugio en ellas. Las primeras huellas de Homo erectus en Asia (hallazgos de Black cerca de Pekín) se encontraron en una cueva cegada.
Esta cueva próxima a Pekín contenía restos de hogueras, lo cual significa que había sido «descubierto» el fuego hace unos 500 000 años. Esta es una ca­racterística que diferencia a los seres humanos de los demás organismos. Toda sociedad humana existente, incluida la más primitiva, ha descubierto y usado el fuego. Ninguna otra criatura, aparte los seres humanos, utiliza el fuego ni siquiera en su forma más primitiva.  

El rayo 
El rayo podía provocar un incendio cada vez que la atmósfera de la Tierra acumulara suficiente oxígeno para alimentarlo, y la superficie poseyera una cubierta vegetal susceptible de arder, condiciones que nos hacen retroceder a unos cuatrocientos millones de años. De ese fuego, como en nuestros días, huiría todo animal capaz de hacerlo.
Descubrir el fuego equivale a domesticarlo. En algún momento, Homo erectus aprendió a localizar algún objeto ardiendo en los límites de un incendio natural, a mantener viva la llama alimentándola con prudentes cantidades de combustible cuando mostraba señales de extinción, y a hacer buen uso del fuego.

curiosidad
Ignoramos cómo sucedió. Personalmente, creo que todo empezó  cuando los niños la  causa de su curiosidad hiperactiva y de la falta de experiencias amargas acerca de lo que sucede cuando uno se quema, pudieron sentirse más inclinados que los adultos a jugar con el fuego. Cabe la posibilidad de que el adulto más próximo apartara al niño de la hoguera y la apagara con los pies. Por otra parte, debió de llegar el tiempo en que un adulto más audaz que la mayoría considerara la ventaja de continuar el juego con una finalidad más útil.

empleo del fuego
El empleo del fuego cambió por completo la vida humana. Ante todo, procuró luz en medio de la oscuridad y calor en todo momento. Esto hizo posible extender la actividad a la noche y al invierno, lo que revestiría especial importancia en un período glacial, de manera que Homo erectus pudo alcanzar regiones más frías.
Desde luego que con el fuego, por sí solo, uno se ve condenado durante el tiempo frío a no apartarse del hogar, pero una sociedad de cazadores podía fácilmente aprender a desollar un animal, limpiar la piel y envolverse en ella. En este sentido, la piel animal reemplazarla el pelo que los seres humanos hablan perdido.

protección 

El fuego también era útil como protección contra otros animales, incluidos los más fieros. Una hoguera en el interior de una cueva o dentro de un círculo de piedras mantendría alejados a los predadores. Podían gruñir y merodear por las inmediaciones, pero si no se mostraban lo bastante inteligentes como para mantenerse alejados del fuego, les bastaba con una sola experiencia de lo que significaba su proximidad. Por lo demás, ahora Homo erectus podía acarrear ramas encendidas para levantar la caza, provocar estampidas y conducirla hacia las trampas o los despeñaderos.

Lavoisier
Una de las consideraciones históricas más importantes, es la influencia del científico Lavoisier, padre de la química, al descubrir la intervención de los gases aéreos, como el oxígeno, en las combustiones, sustituyendo la teoría del "flogisto". Dicha teoría trataba de explicar la combustión suponiendo que un cuerpo ardía por el hecho de contener un principio inflamable, denominado flogisto, (descendiente directo del "azufre" de los alquimistas y más remoto que el antiguo elemento "fuego" era una sustancia imponderable, misteriosa, que formaba parte de los cuerpos combustibles). Cuanto más flogisto tuviese un cuerpo, mejor combustible era. Los procesos de combustión suponían la pérdida del mismo en el aire. Lo que quedaba tras la combustión no tenía flogisto y, por tanto, no podía seguir ardiendo. El aire era indispensable para la combustión, pero con carácter de mero auxiliar mecánico.

Desde luego, se trataba de una teoría subjetiva que se completó científicamente por Lavoisier al explicar que los cuerpos ardían en presencia de oxígeno, intervención del mismo u otro comburente, cuando aparecía una fuente de calor que activase la reacción. Es una de las fuentes de energía más antiguas del mundo.

cocinar
El fuego también hizo posible cocinar el alimento, lo cual es más importante de lo que pueda parecer. La carne es más tierna y sabrosa si se asa. Más todavía: el fuego extermina los parásitos y bacterias, con lo que hace más segura la ingestión de la carne. El fuego vuelve asimismo muy comestibles los vegetales, de otro modo inútiles para la alimentación. Pruebe a comer arroz fresco en su tallo, o cualquier cereal crudo, y comprenderá lo que puede hacer una breve exposición al calor de una hoguera.


prender fuego
Por último, el fuego hizo posibles varias transformaciones químicas de la materia inanimada, como la fundición de metales. En una palabra, el fuego da comienzo a la primera época de relativa «alta tecnología» de la humanidad.
Al comienzo, claro está, el fuego sólo podía obtenerse una vez iniciado por medios naturales. Cuando se disponía de él, era preciso mantenerlo ardiendo continuamente, y si alguna vez se extinguía, había que reanudar cuanto antes la búsqueda de otra hoguera. Si no había una tribu cercana de la que pudiera conseguir el fuego (suponiendo que mantuvieran lazos de amistad como para que eso fuese posible, aunque resulta verosímil por razones de reciprocidad), sería preciso aguardar de nuevo el fuego provocado por medios naturales, y esperar a que las condiciones fueran favorables para hacerse con él sin peligro.

Pero llegó el tiempo en que se desarrollaron técnicas para iniciar un fuego donde antes no lo hubo. Esto debió de lograrse por fricción: haciendo girar un palo en la depresión de otro, previamente rellena de fragmentos de madera, hojas u hongos, muy secos (yesca). El calor generado por la fricción podía encender la yesca. No sabemos qué métodos fueron los primeros en desarrollarse, pero la técnica de prender fuego representa un gigantesco paso adelante.

evolucion
La investigación, que se publica ahora en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), confirma también que los predecesores de los neandertales conquistaron el norte de Europa hace 800.000 años sin dominar el fuego.

Para llegar a esta conclusión, los autores del estudio se han centrado en decenas de antiguos yacimientos arqueológicos europeos para aportar pruebas “convincentes” de que los neandertales, que evolucionaron en Europa hace entre 400.000 y 500.000 años y que se extinguieron hace unos 30.000, controlaban el fuego. En concreto analizaron 141 potenciales yacimientos con restos de fuego en Europa, que datan de hace entre 1,2 millones de años y 35.000 años, y que incluían la presencia de carbón, artefactos de piedra calentada, huesos quemados, sedimentos calentados, hogares...

“Hasta ahora, muchos científicos pensaban que los neandertales habían logrado algunos fuegos, pero que carecían de su uso continuado. No esperábamos encontrar un registro de tantos yacimientos de neandertales que procuraran pruebas tan claras del uso continuado del fuego a lo largo del tiempo”, explica Paola Villa, coautora del estudio y conservadora del Museo de Historia Natural de la Universidad de Colorado (EE UU).


Homo heidelbergenis
El estudio de PNAS también revela que los predecesores de los neandertales alcanzaron las latitudes más frías de Europa septentrional hace más de 800.000 años sin el manejo habitual de fuego. Durante mucho tiempo los arqueólogos creyeron que el manejo del fuego era una condición “imprescindible” para la migración de los primeros seres humanos como forma de reducir las pérdidas de energía durante el invierno, cuando las temperaturas descendían por debajo de los 0ºC y los recursos se hacían más escasos. Pero un yacimiento inglés conocido como Happisburgh, de 800.000 años de antigüedad, indica que los homínidos —probablemente Homo heidelbergenis— se adaptaron a los fríos entornos de la región sin el uso del fuego. “Es difícil imaginar que estos individuos ocupasen climas muy fríos sin contar con el fuego; sin embargo, este parece ser el caso”, concluyen los autores.


brea
Por otra parte, del estudio se deduce que uno de los usos más sorprendentes del fuego por parte de los neandertales era la producción de un líquido pegajoso llamado “brea”, obtenido a partir de corteza de abedul, que los neandertales utilizaban para empuñar herramientas de piedra o ajustar mangos de madera en éstas. Como la única manera de fabricar la brea es quemar cáscara de corteza en ausencia de aire, los arqueólogos creen que los neandertales cavaban hoyos en la tierra, depositaban cáscara de corteza de abedul, la hacían arder y cubrían el agujero perfectamente con piedras para bloquear la entrada de aire.



 “Esto significa que los neandertales no solo eran capaces de utilizar gomas naturales adhesivas como parte de su vida cotidiana, sino que, en realidad, estaban en condiciones de fabricar las suyas propias”, apunta Villa.

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