domingo, 10 de abril de 2011

Gilles de Montmorency-Laval, baron de Rais(barba azul), fue uno de los primeros asesinos en serie de Francia



Gilles de Montmorency-Laval, baron de Rais(barba azul), fue uno de los primeros asesinos en serie de Francia
barba azul



Gilles de Montmorency-Laval, baron de Rais, llamado Gilles de Rais (o Gilles de Retz) (10 de septiembre de 1404 - 26 de octubre de 1440), fue un noble y asesino en serie francés del siglo XV que luchó en los años finales de la Guerra de los Cien Años junto a Juana de Arco, a la que siguió y en la que creyó siempre.

Gilles de Rais
Consiguió convertirse en mariscal tras su participación en la Guerra de los 100 años y amasó una gran fortuna. Pero, su buena fama en los pueblos franceses se vio truncada cuando se descubrió las atrocidades que había cometido con centenares de niños y niñas en una corte formada por brujos, alquimistas, videntes y adoradores del Diablo. Se dice que podía poseer una mentalidad psicopática - originada en su infancia - y que podía haber sufrido una gravísima esquizofrenia.
Junto con Erzsébet Báthory - la aristócrata húngara conocida cómo la condesa sangrienta - es considerado como uno de esos aristócratas que utilizó su gran fortuna para dar rienda suelta a sus fechorías. Este hombre impulsivo, cuyos crímenes contradecían su exacerbada fe y creencia cristiana, que seguía esa frase de San Agustín: Felix culpa! - traducido cómo ¡Dichosa culpa! - y que tuvo un anhelado deseo del perdón de Dios inspiró a Charles Perrault a la hora de explicar la historia de Barba Azul.
Georges Bataille lo calificó como un niño con poder, de 'ser un monstruo esencialmente infantiloide y de tener un carácter arcaico. En sus juicios, de Rais dijo que había actuado según la naturaleza que le habían impuesto los astros, y que no podía controlarse.


Esta es la historia de barba azul, Primer hijo de uno de los grandes linajes de Francia, Guy II de Laval y Marie de Craon, nació en la torre negra del castillo de Champtocé, bañado por el río Loira en la región de Bretaña. Durante su infancia estuvo muy unido a su hermano pequeño, René de Susset , junto con el cual fue encomendado a varias nodrizas y tutores eclesiásticos, quienes abandonaron su puesto debido a la mente sádica y cruel de Gilles.


Un hecho que marcó a Gilles fue la muerte de su padre durante una sesión de caza. Guy II de Laval, después de herir a un verraco, fue embestido por éste en un último intento de venganza y le clavó los cuernos en el estómago. Gilles, que tenía 9 años, vio la escena y la agonía de su padre, y cómo sus vísceras se esparcían por su lecho. En el futuro, Gilles reconstruiría esta escena con sus víctimas, quedándose ensimismado con el espectáculo de sangre y entrañas que tenía delante de sí.


Calígula
La viuda Marie de Craon murió poco después y Gilles y su hermano quedaron bajo la tutela de su abuelo materno: Jean de Craon, un hombre que inculcó en sus nietos el narcisismo, la soberbia, el pode y el orgullo, elemntos que conformarían la personalidad de Gilles. Éste, que veía como su abuelo prestaba más atención a su nieto pequeño, se refugió en la biblioteca. Allí encontró un libro muy especial para él: Las vidas de los doce césares de Suetonio. Sus páginas le mostraron cómo los césares, hombres poderosos donde los hubiera, hacían lo que querían sin dar explicaciones posteriores a nadie - sus emperadores favoritos fueron los desequilibrados Nerón, Tiberio y Calígula, modelos que influyeron en su vida adulta - y según dijo en sus juicios, De Rais no tuvo ningún tipo de control por parte de su abuelo e hizo siempre lo que quiso, moviéndose por impulsos violentos la mayoría de veces.


armadura milanesa
Con 14 años su abuelo le regaló una armadura milanesa y fue proclamado caballero. Manejó la espada y pronto se aburrió de practicar sólo con peleles - muñecos construidos para la práctica -, comenzando a mostrar su agresividad hacia todo ser viviente que hubiera cercano a él. Primero fueron animales, pero luego fueron personas. Un caso fue el de su amigo de la infancia y compañero Antoin: después de proponerle un duelo con machetes, a Gilles se le fue de las manos y le clavó el suyo en el cuello. En vez de ayudarle en salvarle la vida, Gilles observó como su amigo se desangraba y disfrutó con la escena. Tenía 15 años y fue su primer asesinato. Debido a su condición de noble y la intermediación de su abuelo, De Rais quedó sin condena y la familia - de origen humilde - de Antoin aceptó la indemnización que se les ofreció. Otros delitos que se conocen son alguna que otra perversión sexual que, claro, quedaron sin castigo.


escudo de craon
Su abuelo De Craon - hombre sin escrúpulos - sólo quería engrandecer su fortuna y poder de forma calculadora, a diferencia de Gilles - hombre también carente de escrúpulos - que se dejaba llevar por sus impulsos violentos, pero que era un inútil en política. Un hecho describe la personalidad de abuelo y nieto: cuando intentaron extorsionar a una familia raptando a una gran dama; sus tres hermanos quisieron rescatarla y fueron encarcelados también por Craon, de forma que uno de ellos murió de hambre


Juan V
Su enorme agresividad y psicopatía le llevó a alistarse en el ejército para desahogarse con los enemigos a los que se enfrentaba. Su abuelo De Craon quería que llegase a la cumbre del poder francés y para ello le recomendó a Guillaime La Jumelliers como consejero en política, estrategias militares y finanzas. Se puso a las órdenes de Juan V, duque de Bretaña en las querellas residuales de la Guerra de Sucesión Bretona, entre los Montforts y los Penthièvres. 




Luchó siempre en la vanguardia con sus soldados - tropas pagadas por él - y sus compañeros de armas lo admiraban porque parecía poseído cuando luchaba dando mandobles, con una rapidez y fuerza increíbles, pareciendo que eran los demonios quienes regían sus movimientos.
Con 17 años, de vuelta a casa después de esta campaña, Gilles raptó a su prima Catherine de Thouarscon - de 15 años - y se casó con ella ese mismo día, el 24 de abril de 1422. La familia Thouarson poseía varios castillos que, unidos a los suyos, harían de la unión la familia más rica y potente de Francia. Pero Gilles se equivocaba y la familia de su mujer no aceptó la unión matrimonial, por lo que en venganza Gilles raptó a su suegra y la encerró a pan y agua hasta que cedió los castillos que él pedía. Mientras tanto, Gilles y su primera esposa tardaron siete años en tener descendencia - Marie, nacida en 1429 - debido a las tendencias homosexuales que le hicieron desinteresarse por su mujer. Catherine, con su hija en brazos, huyó y se refugió en uno de los castillos de su padre y Gilles nunca mostró interés alguno por ninguna de ellas.


Carlos VII 
Después de las campañas de Juan V, Gilles rindió homenaje a Carlos VII - delfín de Francia en aquel momento - para combatir contra los ingleses y sus aliados de Borgoña. Lo reclutó Georges La Tremoille - gran chambelán del rey - hombre astuto y hábil que vio la capacidad combativa y guerrera de Gilles, que arrastraba tras de sí a los soldados en las batallas. En aquel momento, La Tremoille pretendía aprovechar los éxitos militares para mantenerse en el poder. Fue en esa época - en la que, no  olvidemos, la guerra era para los nobles un mero entretenimiento - cuando Gilles conoció en 1429 a Juana de Arco, con la que quedó fascinado y maravillado por su historia y belleza física.






Gilles y a Juana
El Delfín Carlos concedió un pequeño ejército a Gilles y a Juana para liberar Orleans del asedio inglés. Junto a ellos estaban otros generales como el Bastard de Órleans - Conde de Dunois - el Duque de Alençon y La Hire. En sólo 8 días las fuerzas francesas lograron levantar un sitio que duraba ya varios meses. Entraron triunfales en la ciudad y todo el mundo los veía como los salvadores de Francia. Poco después contribuyó en la victoria francesa en la Batalla de Jargeau y en la Batalla de Patay.










berseker vikingos
 Su audacia y violencia en combate era comparable a la de los berseker vikingos. Gilles llegó a decir durante las campañas con Juana que ella era Dios y que si debía de matar ingleses por mandato de Dios, así lo haría. Se convirtió en su escolta y protector salvándola en varias ocasiones en los fragores de las batallas, como en el ataque a París a finales de 1429. Pese a las matanzas y crueldades de la guerra, Gilles se sentía realizado espiritualmente, ya que Juana lo inspiraba y había rendido un gran servicio a su patria. Además, en este mismo año fue proclamado mariscal de Francia con tan sólo 25 años - caso único en la historia francesa-, amasando una inmensa fortuna y adoptó la flor de lis en su escudo de armas, cuando Carlos VII fue proclamado rey el 17 de julio en la Catedral de Reims.


juana en la hoguera
Mientras disfrutaba de su posición como mariscal de Francia, ocurrió otro hecho que le marcó de por vida: la captura y condena a muerte en la hoguera de su amiga Juana de Arco el 31 de mayo de 1431. Pese a que intentó ayudarla contratando un pequeño ejército de mercenarios, aún no se sabe qué pasó para que no llegara a tiempo, ya que tan sólo se encontraba a 25 kilómetros de Ruán, localidad en que se había llevado a cabo el juicio. Su última acción en la Guerra de los Cien Años fue en la batalla de Lagny en agosto de 1432, en la que resultó victorioso.




moneda de giles de rais,
Además de la muerte de Juana de Arco, el chambelán La Tremoille - su protector - cayó en desgracia en 1434 después de la campaña de amparo al duque de Bourbon contra el duque de Borgoña, que sitiaba la ciudad de Grancey. Perdida su condición de mariscal, Gilles se refugió en el castillo de Tiffauges - ubicado en la Vendée - y se convirtió en un demonio que afloró sus instintos más perversos. Su mente se volvió más enfermiza debido a que no participaba en guerras para tranquilizarse y a que, tras la muerte de su abuelo en 1432, Gilles tuvo plena libertad para hacer lo que quisiera, como los emperadores romanos cuya vida había leído tiempo atrás.
Para divertirse, ordenaba que se organizasen en sus múltiples castillos lujosísimas fiestas y representaciones teatrales que eran conocidas en toda Europa, pero sus excesivos gastos pronto empezaron a menguar su fortuna y se vio obligado a vender varias de sus propiedades.
Preocupado por tales pérdidas, el barón de Rais se fue aficionando a la Alquimia e hizo que se instalase un laboratorio en un ala del castillo, donde trabajaba sin apenas dormir ayudado por alquimistas y magos importados de toda Europa a la búsqueda de la piedra filosofal, capaz, según la tradición esotérica, de transformar los metales en oro.



Barba Azul
Al cabo de cierto tiempo, su sueño de oro no acababa de madurar, todo lo contrario, los alquimistas y magos le costaban una fortuna que lo iba arruinando más y más, hasta que desengañado despidió a la gran mayoría. Los pocos que quedaron a su mando no tardaron en persuadirlo que sólo con la ayuda del Diablo podría conseguir el oro que necesitaba.
(Algunas de sus numerosas biografías, cuentan que Gilles de Rais, llamado Barba Azul, habría hecho testamento legando parte de sus bienes a Satanás, pero reservándose su vida y su alma, según la leyenda. En las escrituras del castillo, figura como titular el mismo Diablo).
Los historiadores opinan que su primer crimen fue cometido con el propósito de realizar un pacto con éste para lograr sus favores. Pero tras haberle cortado las muñecas a la víctima, haberle sacado el corazón, los ojos y la sangre, ni se le apareció el Diablo ni logró trasformar el metal en oro. Lo único que habría logrado, sería el haber descubierto su pasión secreta: la tortura, la violación y el asesinato de niños.
Este personaje sentía una predilección malsana por los niños y los adolescentes, hasta el punto de que se atribuyó nada menos que la muerte de 200, tal vez más...


sadismo de barba azul
A partir del verano de 1438 comenzaron a desaparecer algunos muchachos de la misma ciudad de Nantes, de los pueblos de los alrededores, y la mayor parte, ocurrían cerca de la mansión del barón de Rais. También hacía entrar en su castillo a algunos de los niños mendigos que pedían limosna frente al puente levadizo, que eran retenidos contra su voluntad por sus servidores, violados y desmembrados posteriormente. La sangre y otros restos se conservaban para propósitos mágicos.
El mismo Gilles contó en alguna ocasión como disfrutaba visitando la sala donde los chicos eran a veces colgados de unos ganchos. Al escuchar las súplicas de alguno de ellos y ver sus contorsiones, Gilles fingía horror, le cortaba las cuerdas, le cogía tiernamente en sus brazos y le secaba las lágrimas reconfortándole. Luego, una vez se había ganado la confianza del muchacho, sacaba un cuchillo y le segaba la garganta, tras lo cual violaba el cadáver.

En una ocasión, se acercó a un niño que había elegido previamente y lo llevó al gran lecho que ocupaba el fondo de la sala de "torturas". Después de algunas caricias, tomó una daga que colgaba de su cintura, y riendo a carcajadas cortó la vena del cuello del desdichado. Frente a la sangre que brotaba y al cuerpo que se convulsionaba, el barón se puso como loco. Arrancó las vestimentas al moribundo, tomó su propio miembro y lo frotó en el vientre del niño, que dos de sus cómplices sostenían porque éste estaba sin conocimiento. Cuando por fin salió el esperma, tuvo un nuevo acceso de rabia, tomó una espada y de un golpe cortó la cabeza de la víctima. Gilles, en pleno éxtasis se tumbó sobre el cuerpo decapitado, introdujo su sexo entre las piernas rígidas del cadáver, gritando y llorando hasta un nuevo orgasmo, se derrumbó sobre el cuerpo cubriéndolo de besos y lamiendo la sangre.
Luego ordenó que quemasen el cuerpo y que conservasen la cabeza hasta el día siguiente. En ese mismo suelo, desnudo y manchado de sangre se habría quedado dormido.



(Se dice que Gilles tras la comisión de los crímenes de vampirismo y necrofilia caía en un pesado sueño, casi en coma, hecho que se reproduce en otros asesinos vampíricos y necrófilos que también dormían después de atacar a los cadáveres, como es el caso de Henri Blot).
A la mañana siguiente no quedaba huella ninguna de su desenfreno de la noche anterior, sus sirvientes la habían limpiado. Pidió que le trajeran la cabeza y ante ésta, se arrodilló bañado en lágrimas y prometió reformarse. Acercó sus labios a la cabeza, la besó largamente y se fue a su cama llevándola consigo y diciéndole que muy pronto se reuniría con otras cabezas tan bellas como ella...
Uno de los mayores placeres de Gilles era tener las cabezas decapitadas clavadas ante su vista. Luego llamaba a un artista de su séquito, el cual ondulaba exquisitamente el cabello del niño, le enrojecía los labios y las mejillas hasta darle un aspecto de belleza impresionante.
Cuando tenía bastantes cabezas cortadas, celebraba una especie de concurso de belleza, en el cual sus amigos e invitados votaban sobre cual era la más bella. La cabeza "ganadora" era dedicada a un uso necrofílico.



condena a giles de rais
Tras las numerosas desapariciones de niños, poco a poco las sospechas se fueron tornando hacia la persona del barón, pero nadie se atrevía a acusarle, pues aunque más empobrecido seguía siendo un personaje muy poderoso, y sus víctimas en cambio, solo eran gente muy humilde.
Por otro lado, los proveedores no cesaban de amenazar a los padres que reclamaban a sus hijos desaparecidos, y en todas partes se hacía el silencio.

A principios de 1440, llegaron los rumores hasta la corte del duque de Bretaña, quién ordenó abrir una investigación sobre los secuestros y la posible implicación del barón de Rais.
El 13 de septiembre fue detenido en su el pueblo de Machecoul por un grupo de soldados, quienes hallaron en su propiedad los cuerpos despedazados de 50 adolescentes. El duque de Bretaña le hizo compadecer ante la justicia acusado de haber asesinado e inmolado entre 140 y 200 niños en prácticas diabólicas.
Se le infligieron todo tipo de torturas para obligarle a confesar sus crímenes, que se obstinaba a negar pese a las evidencias, pero fue sólo la amenaza de la excomunión lo que le indujo a hacerlo detalladamente.

En octubre, Gilles aceptó voluntariamente todos los cargos que se le imputaban y confesó que había disfrutado mucho con su vicio, a veces cortando él mismo la cabeza de un niño con una daga o un cuchillo, y otras golpeando a los jóvenes hasta la muerte con un palo y besando voluptuosamente los cuerpos muertos, deleitándose sobre aquellos que tenían las cabezas más bellas y los miembros más atractivos. Afirmó ante los magistrados que su mayor placer era sentarse en sus estómagos y ver como agonizaban lentamente, y que en los cargos que se le imputaban no había intervenido nadie más que él, ni había obrado bajo la influencia de otras personas, sino que siguió el dictado de su propia imaginación con el único fin de procurarse placer y deleites carnales.
jucio a barba azul


Al amanecer del 26 de octubre fue llevado a un descampado junto con dos de sus más destacados cómplices para ser ahorcado y quemado en la hoguera. En el patíbulo manifestó públicamente su arrepentimiento, instando a todos los presentes a no seguir su ejemplo y pidiendo humildemente perdón a los padres de las víctimas. Murió aferrándose desesperadamente a su fe cristiana.
Accediendo a las súplicas de algunos de sus parientes, el cuerpo, parcialmente quemado, fue retirado de la hoguera y enterrado en una iglesia de las carmelitas en Nantes. Sus bienes fueron confiscados en beneficio del duque de Bretaña y de la Iglesia.

Fragmentos de la declaración de Gilles de Rais en el juicio


Yo, Gilles de Rais, confieso que todo de lo que se me acusa es verdad. Es cierto que he cometido las más repugnantes ofensas contra muchos seres inocentes –niños y niñas- y que en el curso de muchos años he raptado o hecho raptar a un gran número de ellos –aún más vergonzosamente he de confesar que no recuerdo el número exacto- y que los he matado con mi propia mano o hecho que otros mataran, y que he cometido con ellos muchos crímenes y pecados".
"Confieso que maté a esos niños y niñas de distintas maneras y haciendo uso de diferentes métodos de tortura: a algunos les separé la cabeza del cuerpo, utilizando dagas y cuchillos; con otros usé palos y otros instrumentos de azote, dándoles en la cabeza golpes violentos; a otros los até con cuerdas y sogas y los colgué de puertas y vigas hasta que se ahogaron. Confieso que experimenté placer en herirlos y matarlos así. Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad. Sentía un gran deleite al estrangular a niños de corta edad incluso cuando esos niños descubrían los primeros placeres y dolores de su carne inocente".
"Contemplaba a aquellos que poseían hermosa cabeza y proporcionados miembros para después abrir sus cuerpos y deleitarme a la vista de sus órganos internos y muy a menudo, cuando los muchachos estaban ya muriendo, me sentaba sobre sus estómagos, y me complacía ver su agonía...".
"Me gustaba ver correr la sangre, me proporcionaba un gran placer. Recuerdo que desde mi infancia los más grandes placeres me parecían terribles. Es decir, el Apocalipsis era lo único que me interesaba. Creí en el infierno antes de poder creer en el Cielo. Uno se cansa y aburre de lo ordinario. Empecé matando porque estaba aburrido y continué haciéndolo porque me gustaba desahogar mis energías. En el campo de batalla el hombre nunca desobedece y la tierra toda empapada de sangre es como un inmenso altar en el cual todo lo que tiene vida se inmola interminablemente, hasta la misma muerte de la muerte en sí. La muerte se convirtió en mi divinidad, mi sagrada y absoluta belleza. He estado viviendo con la muerte desde que me di cuenta de que podía respirar. Mi juego por excelencia es imaginarme muerto y roído por los gusanos."
"Yo soy una de esas personas para quienes todo lo que está relacionado con la muerte y el sufrimiento tiene una atracción dulce y misteriosa, una fuerza terrible que empuja hacia abajo. (...) Si lo pudiera describir o expresar, probablemente no habría pecado nunca. Yo hice lo que otros hombres sueñan. Yo soy vuestra pesadilla.







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