sábado, 4 de junio de 2011

El cambio climático con la disminución en las poblaciones pingüinos en la Antártida


El cambio climático con la disminución en las poblaciones pingüinos en la Antártida






Un equipo de científicos de la Universidad Erlange-Nuremberg (Alemania) ha descubierto el mecanismo que utilizan los pingüinos emperadores (Aptenodytes forsteri) para evitar morir congelados a temperaturas muy bajas. Concretamente, según describen en la revista PLoS One, estos animales de la Antártida forman un grupo compacto y cada 30 ó 60 segundos los que se encuentran en el exterior comienzan a moverse de forma imperceptible y coordinada para penetrar en el interior del grupo, lo que crea una especie de ola dentro de la colonia.

Para llegar a esta conclusión los investigadores observaron el comportamiento de los pingüinos con cámaras que captaban imágenes de la colonia cada 1,3 segundos durante varias horas. Según los científicos, el movimiento coordinado de los pingüinos emperadores es tan armónico y sutil que apenas puede ser observado a simple vista.

Los pingüinos emperadores se reproducen durante el invierno antártico y los machos se agrupan para guardar el calor corporal e incubar sus huevos a temperaturas que pueden ser inferiores a los 45 grados bajo cero.

El Pingüino Emperador (Aptenodytes forsteri) vive en Antártica. Su distribución es circumpolar. Sólo se le ve fuera de las aguas antárticas en ocasiones. Algunos llegan hasta América del Sur (Argentina y Chile), hasta Nueva Zelanda y otras islas oceánicas de los mares del Sur.

Esta especie es la más grande de todos los pingüinos. Alcanza 1.2 metros de longitud, con un peso promedio de 30 Kg, algunos ejemplares pueden pesar hasta 45 Kg.

Los adultos de ambos géneros tienen el pico largo, relativamente agudo y curvado hacia abajo. La mandíbula superior es oscura. La mandíbula inferior también es oscura excepto por la parte inferior en cada lado de la base del pico, donde los adultos tiene pintas anaranjadas (la intensidad varía de amarillo a rojo de acuerdo al individuo). Estas pintas también reflejan diferente intensidad en la luz ultravioleta, la cual no es visible a la vista de los humanos pero sí a la de muchas aves. Es posible que estas pintas anaranjadas y ultravioletas jueguen parte en el emparejamiento.
Esta especie, endémica de la Antártida, es la de mayor tamaño y peso de todos los pingüinos; el macho y la hembra son similares en plumaje y tamaño, pueden superar los ciento veinte centímetros de altura y pesan entre veinte y cuarenta y cinco kilogramos. La espalda, las alas y la cabeza son de color negro, la parte anterior es blanca desde las patas hasta el vientre, con el pecho de un tono amarillo pálido y dos auriculares a la altura de los oídos de un llamativo amarillo brillante. Como todos los pingüinos no puede volar, pero tiene unas alas rígidas y planas y un cuerpo hidrodinámico particularmente adaptado para un hábitat marino.

Su dieta está compuesta principalmente de peces, pero también puede incluir crustáceos como el krill y cefalópodos como el calamar. Mientras caza puede permanecer sumergido hasta dieciocho minutos, buceando a una profundidad de más de quinientos metros. Ha desarrollado diversas adaptaciones para facilitar esta tarea, como una hemoglobina con una estructura que le permite trabajar eficazmente con un bajo nivel de oxígeno, unos huesos sólidos para reducir el barotraumatismo y la capacidad de retardar su metabolismo y pausar las funciones de órganos no esenciales.

El pingüino emperador es conocido principalmente por el singular ciclo reproductivo de los adultos, que repiten cada año un largo viaje para aparearse y para alimentar a sus crías. Es la única especie de pingüino que se reproduce durante el crudo invierno antártico, realizando caminatas de entre cincuenta y ciento veinte kilómetros sobre el hielo hasta las colonias de cría que pueden incluir a miles de individuos. La hembra pone un único huevo que es incubado inicialmente por el macho, mientras que ella regresa al mar para alimentarse; posteriormente los padres se turnan para alimentarse en el mar y el cuidado de sus polluelos en la colonia. Su esperanza de vida suele ser de unos veinte años en su hábitat natural, aunque hay datos que indican que algunos ejemplares pueden vivir hasta cincuenta años de edad.

Probablemente los primeros europeos en observar a los pingüinos fueron exploradores ibéricos, que los llamaron pájaros niño o pájaros bobos por su andar torpe y erguido y su incapacidad de volar. El término «pingüino» se aplicó inicialmente al alca gigante del Atlántico norte (Pinguinus impennis); tras la extinción del alca gigante a finales del siglo XIX, el nombre se perpetuó en las aves de la familia Spheniscidae.

El pingüino emperador fue descrito en 1844 por el zoólogo inglés George Robert Gray a partir de los especímenes obtenidos por los miembros de la expedición Erebus y Terror.El nombre del género proviene de la palabra griega ἀ-πτηνο-δύτης [a-ptēno-dytēs], «buceador sin alas». Gray le asignó su nombre específico en honor al naturalista alemán Johann Reinhold Forster, quien acompañó al capitán James Cook en su segundo viaje por el Pacífico y que describió otras cinco especies de pingüino.



pinguino rey
Junto con el similar en color pero de menor tamaño pingüino rey (A. patagonicus), el emperador es una de las dos únicas especies existentes en la actualidad del género Aptenodytes. Se han encontrado evidencias de una tercera especie, el pingüino Ridgen (A. ridgeni), en los registros fósiles de finales del Plioceno (hace unos tres millones de años) en Nueva Zelanda .Estudios sobre el comportamiento y la genética de los pingüinos concluyeron que Aptenodytes es un género basal, esto es, que se separó de la rama que dio lugar a todas las especies de pingüinos existentes. Los análisis de ADN mitocondrial y nuclear sugieren que esta división se produjo alrededor de hace cuarenta millones de años


Aunque a los pingüinos normalmente se les asocia con la Antártida, ellos se encuentran en una variedad de hábitats en el Hemisferio Sur. Dieciocho especies diferentes de pingüinos habitan zonas desde la Antártida hasta el Ecuador. A ellos se les puede dividir en tres grupos: 

La familia de los pingüinos puede dividirse en tres grupos.
·         Cuatro especies de pingüinos procrean en la Antártida y/o en las islas Antárticas: el pingüino emperador (Aptenodytes forsteri), el de Adelia (Pygoscelis adeliae), el de barbijo (Pygoscellis antártica), y el Papúa o Gentoo (Pygoscelis papúa).
·         La mayoría de las especies de pingüinos se aparean en islas situadas en las aguas sub-Antárticas del Océano Austral (también conocido como el Océano Antártico), el Océano Atlántico Sur, el Océano Pacífico Sur, y el Océano Indico Sur: el pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), 

el pingüino de penacho amarillo del sur (Eudyptes chrysocome) y el pingüino de penacho amarillo del norte (Eudyptes moseleyi), el Macaroni (Eudyptes chrysolophus), y el real (Eudyptes schlegeli). Varias especies de pingüinos se encuentran solamente en las zonas costeras y las islas de Australia y/o Nueva Zelanda: el pingüino pequeño o azul (Eudyptula minor), el de Snares (Eudyptes robustus), el crestado (Eudyptes sclateri), el de los fiordos o de Nueva Zelanda (Eudyptes pachyrhynchus) y el de ojos amarillos (Megadyptes antipodes).

·         Los pingüinos que se encuentran más al norte, y que comprenden al de Humbolt, el de Magallanes, el de Galápagos,








y el africano, procrean a lo largo de las costas más templadas de Suramérica y África.











Muchos pingüinos son especies amenazadas.
Los pingüinos son un grupo altamente amenazado. De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza que es la autoridad mundial sobre el estatus de las especies amenazadas:
  • 11 de las 18 especies de pingüinos están en declive y se les considera en peligro de extinción.
  • Dos especies son consideradas como estables.
  • El estatus de la población de las cinco especies restantes se desconoce.



Otros estudios demuestran que
Los estudios han vinculado al cambio climático con la disminución en las poblaciones actuales, las pasadas y las proyectadas, de muchas de las especies de pingüinos. Puesto que los pingüinos viven en diferentes hábitats oceánicos del Hemisferio Sur, el cambio climático afecta a los pingüinos de estas regiones de diferentes formas.
El continente Antártico en general se está calentando, pero la Península Antártica –la región más al norte que se extiende hacia América del Sur- se está calentando mas rápido que cualquier otro lugar del Hemisferio Sur. 

Debido a este rápido calentamiento, el tamaño del hielo marino a lo largo de la Península Antártica oeste se está encogiendo, y la estación de hielo marino ahora es mas corta. La pérdida de hielo marino está afectando a los adultos y a los polluelos del pingüino emperador. Los pingüinos emperador crían a sus polluelos sobre hielo marino, rodeado de tierra firme. Cuando el hielo marino se desprende, antes de que los polluelos hayan madurado y formado su plumaje a prueba de agua, es muy probable que los polluelos que son arrastrados mar adentro se mueran. Para los adultos, la pérdida de hielo marino puede resultar en una menor disponibilidad de alimento, lo cual puede inducir un aumento en la mortalidad de los pingüinos.
La pérdida de hielo marino está vinculada con la disminución de la población de los pingüinos emperador en las regiones norteñas mas cálidas de la Antártida:
  • A finales de 1970, la colonia de los pingüinos emperador de Terre Adélie, en la Antártida del Este (los cuales aparecen en “La Marcha de los Pingüinos”, el documental francés que ganó un premio de la Academia,) cayó en forma dramática en más de un 50%; este fue un periodo cálido en donde hubo muy poca cobertura de hielo marino, y los adultos murieron en masa. Debido a que el hielo marino continua desintegrándose, y las prolongadas ventiscas causan la constante mortalidad de los polluelos, la colonia no ha podido recuperarse todavía.
  • La Península Antártica se está calentando rápidamente, y desde 1960 otra colonia de pingüinos emperador se ha reducido de 250 pares a 10 pares, debido a la rápida pérdida de hielo marino.
Adelia
Los pingüinos Antárticos que se está viendo afectado por el cambio climático global es el pingüino de Adelia. A diferencia del pingüino emperador, el Adelia no cría a sus polluelos sobre el hielo marino. Este pingüino en cambio construye un nido hecho de guijarros en las pocas zonas de la costa Antártica que no están cubiertas de hielo y nieve.6 Las temperaturas más cálidas de la Península Antárctica oeste permiten que el aire retenga mas humedad, y esto lleva a que caiga mas nieve en la región. Las poblaciones de pingüinos de Adelia están desapareciendo en forma rápida porque no logran encontrar zonas sin hielo para anidar.La pérdida de hielo marino en esta región también está afectando negativamente la fuente de alimentos de los pingüinos de Adelia.A medida que el hielo marino disminuye, los pingüinos de barbijo y los Papúa, que son más intolerantes en lo que al hielo se refiere, se están expandiendo hacia el sur, al territorio de apareamiento de los de Adelia en la Península Antártica, reemplazando a los pingüinos de Adelia.

Tanto los pingüinos emperador como los de Adelia se enfrentan a un futuro sombrío debido al cambio del clima global. De acuerdo con un estudio de los investigadores sobre la Antártida, un aumento de 1.3°C en la temperatura pondrá en peligro al 40% de los pingüinos emperador y al 70% de los pingüinos Adelia del mundo,principalmente debido a la disminución del hielo marino. (A la tasa actual, el mundo va a exceder 1.3°C de calentamiento antes de mediados de siglo.) Los científicos de pingüinos también predicen que la pérdida de hielo marino ocasionada por los cambios climáticos globales va a llevar a la población de pingüinos emperador, representados en la Marcha de los Pingüinos, al punto de su extinción durante de este siglo.

Hay menos kril para comer; éste constituye una fuente principal de alimento.


El cambio climático global también está teniendo un impacto significativo sobre las especies de pingüinos que viven en el Océano Austral, el cual rodea la Antártida. En el sector Atlántico del Océano Austral, el calentamiento del océano y el derretimiento del hielo marino están vinculados con la disminución de la fuente principal de comida de los pingüinos: el kril del Antártico. El kril en esta región ha disminuido hasta un 80% desde los años setenta.Puesto que el kril se alimenta de algas que crecen en el fondo del hielo marino, la pérdida de hielo lleva a la pérdida de kril. Los investigadores hacen la proyección de que un aumento de 1°C en la temperatura de la superficie del mar en esta región podría significar una reducción de más de un 95% del kril. Este colapso del suministro alimenticio sería desastroso para los pingüinos tales como el Macaroni, el cual ya ha sufrido una reducción de población del 50% en su zona principal de apareamiento en esta región –la Isla de Georgia del Sur—de mediados de los setenta a mediados de los noventa.
Los pingüinos en Nueva Zelanda también están sufriendo.
También hay evidencia de que el calentamiento del océano ha llevado a la reducción de la población de los pingüinos en otras regiones del sub-Antártico por medio de la reducción de su suministro alimenticio.

En la Isla Marion, situada en el sur del Océano Indico, un declive del 60% de la población del pingüino de penacho amarillo del sur, y un declive del 50% en la población del pingüino Macaroni, han sido atribuidos al calentamiento del océano. 
 

En las islas sub-antárticas de Nueva Zelanda, la población de los pingüinos de penacho amarrillo del sur han caído en picada de un 50% a un 94%, durante un periodo de temperaturas más cálidas del océano.
Así mismo, los investigadores que estudian a los pingüinos reales del Océano Índico del sur encontraron que cuando ocurren episodios de aguas más cálidas, estos afectan en forma negativa tanto la supervivencia como el éxito reproductivo de este pingüino, y advierten que el pingüino real se verá en peligro de extinción en escenarios futuros de calentamiento.
Algunos pingüinos viven en ecosistemas especiales a lo largo del Ecuador.

Puede que parezca extraño pensar en pingüinos viviendo a lo largo del Ecuador, en las Islas Galápagos o en las costas desiertas de África y de Suramérica, pero los pingüinos son capaces de vivir en lugares en donde la surgencia aporta a la superficie aguas de mar frías ricas en nutrientes, lo cual crea una fuente abundante de alimentos. Los pingüinos que viven en estos ecosistemas donde hay surgencia enfrentan extrema escasez de comida en forma periódica cuando episodios de El Niño traen aguas cálidas e impiden que el agua fría remonte a la superficie. Los principales científicos del clima opinan que el cambio climático global traerá como consecuencia episodios de el Niño mas fuertes en el futuro. Hay dos acontecimientos en particular de El Niño más fuertes, que ocurrieron en décadas recientes, los cuales proveen un vistazo sobre como es probable que los pingüinos en regiones templadas se vean afectados negativamente por el cambio climático global.

Pingüino de las Galápagos (Spheniscus mendiculus) en la Bahía de Elizabeth en la isla de Isabela, Galápagos..
Se ha visto por ejemplo que el pingüino de Galápagos es extremadamente vulnerable a morir de hambre durante acontecimientos de El Niño. Los adultos se ven obligados a abandonar los huevos y los polluelos para ir en búsqueda de comida, y por lo tanto los polluelos se mueren de hambre.20 Después de los poderosos eventos de El Niño de 1982–1983 y 1997–1998, la población de los pingüinos de Galápagos cayó vertiginosamente en un 77% y un 65% respectivamente,21 quedando así en la actualidad, menos de 2,000 pingüinos— la población de pingüinos más pequeña del mundo.
Además del hecho de que los efectos del cambio climático global hacen daño a los pingüinos, hay dos tendencias que son el resultado de la polución global por gases de invernadero que están atrayendo la atención:
  • el aumento del nivel del mar; y
  • la acidificación del océano
El aumento de los niveles del mar amenaza con inundar importantes aéreas costeras de anidamiento de los pingüinos – especialmente en aquellos lugares en dónde las barreras naturales, tales como los acantilados, o las barreras humanas, tales como las carreteras y las urbanizaciones, impiden que los pingüinos se retiren tierra adentro.
La acidificación disminuye la fuente de alimentos de los pingüinos.

Nuestras emisiones de gases de invernadero también están causando que los océanos se vuelvan ácidos, lo cual amenaza la cadena alimenticia marítima completa, desde el plancton hasta los pingüinos. Los océanos absorben una gran proporción del dióxido de carbono que produce nuestra sociedad industrial. A medida que las aguas del océano han ido absorbiendo este exceso de dióxido de carbono, la acidez del océano ha aumentado en un 30 %, y los iones carbonato se han vuelto menos disponibles. Las criaturas que calcifican, tales como el plancton, los corales, y las almejas , utilizan los iones carbonato para fabricar sus conchas. A medida que la acidificación de los océanos reduce la disponibilidad de iones carbonato, a estas criaturas les será cada vez más difícil fabricar nuevas conchas, y las conchas existentes empezaran a disolverse, lo cual deja a estos animales sin forma de sobrevivir y por lo tanto, afecta la fuente de alimentos de los pingüinos. 

La red trófica del Océano Austral está al punto del desastre.
Aunque todos los océanos se ven afectados por la acidificación, el Océano Austral y los sistemas de surgimiento donde viven los pingüinos, serán las primeras regiones que se verán afectadas. Por ejemplo, con las tasas actuales de emisión de gases de invernadero, es posible que los pterópodos –unos caracoles planctónicos que constituyen una parte clave de la cadena alimenticia del Océano Austral—no puedan sobrevivir a partir de una fecha tan cercana como el 2030. La pérdida de los pterópodos tendrá un profundo impacto sobre la red trófica del Océano Austral, y sobre los pingüinos quienes dependen de ella.
Se necesita tomar medidas para reducir las emisiones de gases de invernadero.
La acción individual más importante que se debe tomar para proteger a los pingüinos del cambio climático global, es la rápida reducción de las emisiones globales de gases de invernadero. Si continuamos por el camino actual, las temperaturas globales aumentarán un promedio de 2.8 a 4°C durante este siglo (de 4 a 6 veces más que durante el siglo previo), las aguas de los océanos de muchas regiones se volverán corrosivas, desde aquellas en las profundidades hasta aquellas en la superficie, y el hielo marino de la Antártida desaparecerá a tasas cada vez mas aceleradas.28 No sólo estamos arriesgando la pérdida de los pingüinos sino también la destrucción de la urdimbre de la existencia. Los científicos que están a la vanguardia sobre aspectos climáticos han concluido que el nivel de dióxido de carbono atmosférico debe ser reducido de su nivel actual de 385 partes por millón (ppm) a menos de 350 ppm, para así prevenir un cambio climático peligroso, el cual conlleva la extinción masiva de especies y aumentos catastróficos del nivel del mar.


En la actualidad la mayor amenaza para los pingüinos es la pesca industrial.
Incluso con una rápida reducción de la polución por gases de invernadero, aquellos gases que ya han sido emitidos garantizan que vamos a estar sometidos a décadas de continuo calentamiento y a siglos de un aumento continuo del nivel del mar.29,30 Por lo tanto es crítico reducir otras amenazas a los pingüinos, para aumentar así su habilidad para sobrevivir a las presiones adicionales de este calentamiento. La mayor de estas amenazas la constituye la pesca industrial. La pesca comercial a gran escala acaba con las fuentes de alimento de los pingüinos, además de enredarlos y ahogarlos con sedales largos y con otros equipos de pesca. 

Otras de las amenazas actuales a los pingüinos incluyen:
  • los derrames de petróleo
  • la polución marina
  • los depredadores no-nativos introducidos a los lugares donde los pingüinos se reproducen
  • las enfermedades
  • la destrucción del habitat
  • las perturbaciones humanas
  • la recolección directa de huevos y pájaros

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