miércoles, 24 de agosto de 2011

La Toma de la Bastilla. Supuso simbólicamente el fin al antiguo régimen absolutista y monárquico,


La Toma de la Bastilla. Supuso simbólicamente el fin al antiguo régimen absolutista y monárquico,




La Toma de la Bastilla se produjo en la ciudad de París el martes 14 de julio de 1789.
A pesar de que la fortaleza medieval sólo custodiaba a siete prisioneros, su caída en manos de los revolucionarios parisinos supuso simbólicamente el fin al antiguo régimen absolutista y monárquico, estableciendo el inicio de la Revolución Francesa.
L
a rendición de la prisión, máximo símbolo del despotismo de la monarquía de ese país provocó un auténtico seísmo social tanto en Francia como en el resto de Europa.


La principal importancia de la Toma de la Bastilla radicó entonces en su valor simbólico, ya que representó el derrumbe del poder absolutista de la monarquía francesa. 


La Bastilla fue durante años el destino final para muchas víctimas de la arbitrariedad monárquica. Allí se encarcelaban sin juicio a los parisinos señalados por el Rey con una simple resolución. Era una fortaleza medieval en pleno París, cuyo uso militar ya no se justificaba.
En 1788 se decidió su cierre por el alto costo de mantenimiento. De allí la explicación de porque tuviera tan pocos presos en 1789. En el momento de su caída, el 14 de julio de 1789, sólo acogía a cuatro falsificadores, a un enfermo mental (Auguste Tavernier), a un noble condenado por incesto y a un cómplice de Robert Damiens, autor de una tentativa de asesinato sobre el monarca Luis XV.
No obstante, los que participaron de la toma fueron premiados con una pensión, un uniforme, un fusil, una espada con su nombre grabado, un brazalete. una medalla y un diploma de agradecimiento de la Patria.



Según algunos autores la importancia de la Toma de la Bastilla ha sido exagerada por los historiadores románticos que quisieron hacerla un símbolo fundador de la República. Otros historiadores afirman que el sitio y la capitulación de la prisión no debió ser un hecho muy heroico en vista de que sólo era defendido por un puñado de hombres, y que los únicos muertos fueron el alcalde Bernard de Launay y el político Jacques de Fleselles. No obstante, los documentos de la época dejaron  constancia de que el 14 de julio de 1789, la fortaleza estaba defendida por 32 soldados suizos y 82 «inválidos de guerra», disponiendo de cañones y de municiones en abundancia. El asedio se saldó con 98 muertos, 60 heridos y 13 mutilados, entre los asaltantes.

El acontecimiento tuvo una fuerte resonancia en Europa entera, no tanto por la importancia del suceso, sino por su valor simbólico, que aún perdura como hito en la historia de las revoluciones.



La Bastilla o Bastilla de San Antonio fue una fortaleza que protegía el costado oriental de la ciudad de París. Durante varios siglos cumplió un papel fundamental en la defensa de la ciudad, pero con el paso del tiempo perdió su importancia estratégica y se convirtió en prisión estatal. Estaba ubicada en el lugar que actualmente ocupa la Plaza de la Bastilla (Place de la Bastille)
Destinada a defender la puerta de San Antonio, fue edificada durante el reinado de Carlos V de Francia, de 1370 a 1383 por Hugo Aubriot con cuatro torres, siguiendo el modelo de la época; las otras torres fueron añadidas posteriormente. Medía 66 m de largo por 34 m de ancho y 24 m de altura al nivel de las torres, y estaba rodeada por fosos de 8 m de profundidad. Las ocho torres se llamaban Torre de Coin, de la Capilla, del Tesoro, de la Condesa, de la Bertraudiére, de la Basinière, del Pozo y de la Libertad (en francés Tours de Coin, de la Chapelle, du Trésor, de la Comté, de la Bertaudière, de la Basinière, du Puits y de la Liberté).


Su utilización militar resultó pronto insuficiente y se construyó un nuevo recinto. Se empleó entonces como fortín y lugar de recepción para Francisco I, antes de ser transformada en prisión del Estado por el Cardenal Richelieu.


La historia de la fortaleza de la Bastilla va unida a la de las Lettres de cachet, que eran cartas firmadas por el rey (o por sus ministros) que ordenaba ingresar en prisión sin juicio. Se trataba de una prisión confortable para las altas personalidades (aristócratas y burgueses), que disponían de verdaderos departamentos con servicio y buenas comidas. Sin embargo, existía una parte más convencional no tan agradable para los prisioneros comunes, y el edificio contaba también con celdas de castigo (pero no mazmorras) que servían de condena a los prisioneros insubordinados, como el famoso Latude.
Además se trataba de un pozo financiero. Louis XVI, que ya había clausurado la Torre de Vincennes, la quería destruir desde 1784. El pueblo no parece haber temido realmente al edificio, pero en vísperas de la Revolución francesa de 1789 los Cuadernos de quejas de la ciudad ya pedían su destrucción. Como toda fortaleza imponente, marcaba el paisaje y era un símbolo del poder del rey (como la Torre del Temple)
La toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789 representó el símbolo del inicio de la Revolución francesa. Su importancia ha sido magnificada por los historiadores románticos, como Jules Michelet, que han querido hacer de ella un símbolo fundador de la República. De hecho, según algunos artículos de la época (basados en las cartas de un participante en los acontecimientos) la toma del fuerte se llevó a cabo con pocos altercados. Un historiador francés, Luis Madelin (1871-1956), habla de la toma de la Bastilla por unos "bandidos".


Miles de personas querían invadir el fuerte para obtener armas y municiones para la Guardia Nacional, una milicia recién creada para la defensa y el mantenimiento del orden en la capital. La fortaleza no estaba defendida más que por un puñado de hombres fuertemente armados y la única muerte señalada entre los defensores, de la que la historia hace mención, es la del gobernador Bernard Jordan de Launay.
El pueblo de París temía que las tropas estacionadas a petición del Rey alrededor de París pudieran ser utilizadas para reprimir la revolución. Se había constituido una milicia de 48.000 hombres sin armas. Los electores no habían podido obtener, el 13 de julio, las armas almacenadas en Les Invalides. El 14 de julio una ingente muchedumbre (de 40.000 a 50.000 personas) se presentó delante de Les Invalides pidiendo que las armas fueran entregadas a los guardias de la capital. 


Para defender Les Invalides de sus ocupantes, pero éstos no estaban dispuestos a abrir fuego sobre los parisinos. Unos metros más allá, regimientos de infantería y de artillería acampaban sobre la explanada del Campo de Marte, bajo las órdenes de Pierre Victor de Besenval. Éste reunió a todos los jefes de cada regimiento para saber si sus soldados cargarían contra los amotinados; unánimemente respondieron que no. Es el acontecimiento más importante del día. La muchedumbre, que ninguna orden puede contener, escala los fosos de Les Invalides, derriba las cancelas y se apodera de unos 30.000 a 40.000 fusiles, de doce cañones y un mortero. Los parisinos están ya armados, sólo les falta la pólvora y las balas. Corre el rumor de que se encuentran en el castillo de la Bastilla.

Cronología del 14 de julio

10:30, bajo la presión de la muchedumbre, los electores de París reunidos en la Cámara municipal, envían una delegación al gobernador de la Bastilla, Bernard-René Jordan de Launay, para pedirle que distribuya la pólvora y las balas a los parisinos que deben formar la milicia burguesa. La delegación es recibida amablemente e invitada, incluso, a desayunar, pero no consigue convencer al gobernador.
11:30, una segunda delegación conducida por el caballero Jacques Alexis Thuriot y Luis Ethis de Corny, es enviada a la Bastilla. Sin resultado. La muchedumbre armada con los fusiles obtenidos en Les Invalides se agolpa frente a la Bastilla.
13:30, los defensores de la Bastilla (82 invalides y 32 soldados suizos destacados del regimiento de Salis-Samade), abren fuego contra los revolucionarios por orden del gobernador.
14:00, una tercera delegación encabezada por el abad Claude Fauchet es enviada a la Bastilla.
15:00, una cuarta delegación (con Luis Ethis de Corny otra vez) acude a encontrarse con Bernard-René Jordan de Launay, sin resultado alguno. La guarnición de la Bastilla y los amotinados se enfrentan entre sí.
15:30, un destacamento de 61 guardias franceses dirigido por Pierre Hulin, antiguo sargento de la guardia suiza, llega a la Bastilla con cinco cañones sustraídos esa misma mañana de Les Invalides. Se emplazan frente a las puertas y puentes levadizos de la Bastilla, disparan contra ellas y la Bastilla capitula.
17:00, la muchedumbre invade la Bastilla, libera a los siete prisioneros comunes que estaban encarcelados, se apodera de la pólvora y de las balas y lleva a la Cámara municipal la guarnición de la Bastilla. Durante el trayecto, el gobernador es asesinado cortándole la cabeza. Muchos invalides son asesinados. Los asaltantes tuvieron un centenar de muertos y 73 heridos.


La Bastilla se empezó a demoler a partir del 16 de julio por un empresario privado que vendió gran parte de sus piedras como recuerdo (piedras esculpidas representando la Bastilla en miniatura). Incluso se transformó en objetos de piedad y de culto todo lo que se pudo recuperar de carpintería y hierros forjados de la vieja fortaleza. La mayor parte sirvió para construir el puente de la Concordia.




Desde el 16 de junio de 1792 se decidió que el lugar que ocupaba la Bastilla formaría una plaza llamada de la Libertad, y que una columna se levantaría en ese lugar. Palloy puso la primera piedra, pero la construcción no se llevó a cabo. Se instaló una fuente en 1793.
Napoleón, en sus proyectos de remodelización de París, propuso, en 1808 construir un monumento en forma de elefante. Debería medir 24 m. de alto y se utilizaría el bronce fundido de los cañones sustraídos a los españoles. Se podría acceder a su interior por una escalera situada en una de sus patas. Pero sólo se realizó una maqueta, a tamaño natural, en escayola. En la obra de Victor Hugo, Los miserables, se hace mención de la misma ya que la utilizó como refugio de Gavroche. Esta maqueta fue destruida en 1846.


Se decidirá, en 1833, construir la Columna de Julio, que estaba prevista elevar en 1792, pero se inauguró en 1840


Tras la Toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, la Revolución Francesa comenzó a expandirse y en forma casi inmediata comienza a funcionar la Asamblea Nacional. Debe recordarse que con anterioridad la autoridad real ya se había visto mermada por la revuelta de la nobleza que se negó a financiar los planes de Luis XVI mediante el pago de impuestos.

La Declaración de los Derechos del Hombre aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente el 26 de agosto de 1789 constituyó uno de los documentos fundamentales de la Revolución Francesa, ya que definió los derechos personales y colectivos como universales. 


Aunque se establecieron los derechos fundamentales de los ciudadanos franceses y de todos los hombres sin excepción, la Declaración no se refirió a la condición de las mujeres ni a la esclavitud. No obstante, esta última será abolida por la Convención del 4 de febrero de 1794.


Pese a estas falencias, la Declaración es considerada un documento precursor de los Derechos Humanos a nivel nacional e internacional ya que estableció los principios que sentaron la base de legitimidad de la nueva sociedad, acabando con las instituciones y las prácticas del antiguo régimen. Tuvo un alcance general y orientado hacia el futuro. 


El artículo 2 enumeró los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, anteriores a los poderes establecidos y aplicables en cualquier lugar y cualquier época: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
Varios contenidos pusieron énfasis en la libertad. Así el artículo1 determinó taxativamente que «los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos»; Los artículos 4 y 5 definieron la libertad como «lo que no perjudica a nadie». Los artículos 7, 8 y 9 precisaron las características de la libertad individual: presunción de inocencia e irretroactividad de la ley y los 10 y 11 se refirieron a la libertad de opinión, de prensa y de conciencia.


El principio de igualdad fue establecido en el artículo primero. La propiedad fue consagrada como un derecho inviolable y sagrado (artículo 17). Según este artículo «Nadie puede ser privado de ella, excepto cuando la necesidad pública, legalmente constatada, lo exige con evidencia y con la condición de una indemnización previa y justa».


Los artículos que definen al ciudadano dentro de la organización del sistema político son menos precisos y son condicionados por el recelo hacia el Antiguo Régimen. El artículo 6 afirma que la ley es la expresión de la voluntad general, la expresión de la soberanía y la fuente de los poderes públicos. Según el artículo 15, los agentes públicos son responsables de su gestión y la sociedad tiene el derecho de pedirles que rindan cuenta de ella. No se mencionan, sin embargo, los derechos sociales, que proceden de una definición distinta de la palabra «derecho»: la Declaración determina la legitimidad de los actos, mientras que los derechos sociales definen garantías materiales.


La Declaración de 1789 inspiró un gran número de textos similares en Europa y América Latina y la tradición heredada de la Revolución francesa estuvo presente en la Convención Europea de los Derechos Humanos. firmada en Roma el 4 de noviembre de 1950.









Fuentes:
http://www.descubriparis.com/historia-de-la-bastilla.php
http://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_la_Bastilla
http://es.wikipedia.org/wiki/Bastilla
http://es.wikipedia.org/wiki/Toma_de_la_Bastilla
http://es.wikipedia.org/wiki/Columna_de_Julio
http://www.lmcordoba.com.ar/nota.php?ni=62124

No hay comentarios:

Publicar un comentario