lunes, 26 de septiembre de 2011

Carta magna es la primera constitución occidental,


Carta magna es la primera  constitución occidental,

Desde principios del siglo XIII la nobleza inglesa se rebeló contra los excesos de la monarquía. A raíz de una serie de múltiples abusos, los barones rebeldes emigraron a Francia, donde redactaron, en la abadía cisterciense de Pontigny (departamento de Yonne), la Magna Carta Libertatum, o Carta Magna de las Libertades de Inglaterra. El 12 de junio de 1215, los señores feudales ingleses impusieron a su soberano, Juan sin Tierra, este largo texto de 63 artículos, redactados en latín, considerado como el primer documento constitucional de Inglaterra y el fundamento de sus libertades.
En esta Carta se enumeran los privilegios otorgados a la Iglesia de Inglaterra, a la Ciudad de Londres, a los mercaderes y a los dignatarios feudales del régimen, así como las siguientes garantías precisas concerniendo la libertad individual de las personas: "Ningún hombre libre será detenido o encarcelado como no sea en virtud de un juicio legal de sus pares o de la ley del país."


La Carta Magna es el primer texto establecido contra la arbitrariedad de la Corona y en el que se estipulan medidas concretas de protección de las libertades individuales. Ulteriormente se reiteró y amplió, en particular el 5 de noviembre de 1297, durante el reinado de Eduardo I.
La Carta Magna, también definida como Carta Magna Libertatum, es un documento real cuyo origen se encuentra en las desavenencias entre los barones británicos del siglo XIII, el rey Juan sin Tierra y el papa Inocencio III. En 1215, el rey británico, acosado por los problemas sociales, se vio obligado a firmar una serie de artículos que limitaban su poder frente a la aristocracia y con los que se comprometía a respetar libertades religiosas y políticas y a aceptar normas jurídicas que por primera vez ponían por escrito derechos como el hábeas corpus. Sus sucesores fueron renovando la Carta Magna y la que hoy se considera definitiva es la que se subastó el martes, donde estampó su sello el rey Eduardo I en 1297.


Pero que suscito todo esto,


La Magna Charta Libertatum se enmarca en un proceso de luchas entre el rey de Inglaterra (Juan sin Tierra, 1199-1216) y la nobleza y supone el primer documento de limitación efectiva del poder real: el rey garantiza por escrito el poder de los barones, que sólo podrán ser juzgados por sus iguales en caso de delito y deberán ser consultados antes de que se les impongan nuevos impuestos. La carta Magna es  fundamental en la historia de Inglaterra y del Reino Unido, reino que no tiene un documento al que podamos catalogar de constitución escrita, sino que su cuerpo constitucional está compuesto por una serie de leyes que han ido regulando su funcionamiento e incluso por otras no escritas, basadas en las costumbres que se hacen leyes. Pues bien, en este contexto, la Carta Magna es el primer documento de ese cuerpo constitucional y mediante su reforma o prolongación se fueron creando instituciones tan importantes como el Parlamento, los Consejos Reales, etc. que han otorgado al Reino Unido un carácter de vanguardia en el funcionamiento de los estados modernos en Europa Occidental.


En 1154 el rey de Inglaterra Enrique II (1133-1189), que heredó el ducado de Normandía de su madre, así como Irlanda, Escocia y Gales por conquista, amplió su poderío territorial con los ducados franceses de Bretaña -como tutor de su nuera Constanza, casada con su tercer hijo Godofredo-, y el condado de Anjou -por herencia de su padre-; además de haberse casado con Leonor de Aquitania en 1152, duquesa heredera de Aquitania, Guyena, y Gascuña, lo que le permitió convertirse en el monarca más poderoso de su época, aunque tuviera que rendir vasallaje por los ducados al rey Luis VII de Francia, ex-marido de Leonor. Para imponer su autoridad sobre la nobleza feudal limitó la autonomía jurisdiccional de la Iglesia y creó la cancillería que se ocupaba de las leyes y de las transacciones reales, y el fisco encargado de la distribución del Erario Publico. Ninguno de estos dos cargos públicos era hereditario, ya que no recibían feudos sino un salario, facilitándose el cambio de funcionarios; así, reforzó la autoridad real
Esta política centralista le enemistó con la nobleza y la iglesia, en concreto con el arzobispo de Canterbury, Tomás Becket, otrora canciller del reino, quien sería asesinado en 1170. El crimen causó indignación general, el Papa declaró santo al arzobispo y amenazó con la excomunión al rey, quien tuvo que pedir el perdón por el crimen y, con hábito de penitente, se dejó flagelar por unos monjes sobre su tumba, lo que le permitió volver a tener la confianza y el apoyo del pueblo.

Para 1173 enfrentó las rebeliones de sus propios hijos, instigadas por la reina Leonor y apoyados por el rey Felipe II Augusto de Francia, deseoso de quitarle al monarca inglés sus feudos franceses, por lo que tuvo que pactar una tregua humillante con el rey francés. A su muerte lo sucedió en el trono su hijo Ricardo I, Corazón de León, duque de Aquitania y de Poitiers, al morir su hermano Enrique, rey-corregente desde 1170. Participó en la Tercera Cruzada junto al rey francés Felipe II en 1190; un año después se casó con Berenguela de Navarra, logrando la enemistad del rey de Francia, quien aprovechando su ausencia apoyó a Juan (Sin Tierra), hermano menor de Ricardo, para ocupar el trono de Inglaterra.


Ricardo trató de regresar de Medio Oriente, pero los vientos desviaron su flota a la costa adriática; trató de continuar por tierra, pero fue apresado por viejas rencillas y llevado ante el emperador Enrique VI de Alemania, de donde es liberado por su madre, Leonor de Aquitania, tras dos años de cautiverio y después de pagarse una cuantiosa suma como rescate equivalente a 34,000 kgs. de plata fina. Regresó a Inglaterra, recuperó el trono y se embarcó en una guerra contra Felipe II recuperando las posesiones en el continente -los ducados de Aquitania y Normandía y los condados de Anjou y Maine.

Encontró su fin en 1199, peleando con un vasallo en el sitio del castillo de Châlus, donde resultó herido en el cuello. Le sucedió en el trono inglés su hermano Juan Sin Tierra (1166-1216), que mantuvo fuertes conflictos con Felipe II Augusto de Francia, quien pretendía unir Francia e Inglaterra y logró arrancarle todas las posesiones inglesas en Francia, a excepción de Burdeos y Guienne, situadas sobre el río Loira; en estas luchas, en donde enfrentaba también al papa Inocencio III y a Otón IV de Brunswick, emperador germánico y sobrino suyo, hijo de su hermana Matilde, le condujeron a una derrota en la batalla de Bouvines, en 1214 y, para salvar su corona, Juan Sin Tierra entregó Aquitania a Felipe II, y declaró a Inglaterra feudo del Papa, lo que generó que la nobleza le impusiera, en los campos de Runnymede, cerca de Londres, la firma de la célebre Carta Magna, en 1215.

La Carta Magna constituyó una limitación del poder real, ya que exigía que el rey estuviera sujeto a las leyes territoriales y otorgaba a los barones la facultad de tomar parte en las decisiones reales a través de un Gran Consejo.

Los barones tomaron el poder en 1264, en respuesta a la pretensión del rey de ignorar la Carta Magna, gobernando temporalmente mediante el ya consolidado Gran Consejo, que pasó a llamarse Parlamento.

El nuevo Parlamento no sólo incluía a los barones y a los altos cargos eclesiásticos, sino también a los representantes de grandes ciudades. Aunque este gobierno parlamentario fue de corta duración (15 meses), ya no se pudo ni callar ni ignorar al Parlamento.

La carta magna fue apoyada por los templarios,
Juan, por la gracia de Dios Rey de Inglaterra, Lord de Irlanda, Duque de Normandía y Aquitania y Conde de Anjou, a sus arzobispos, obispos, abades, condes, barones, jueces, gobernadores forestales, corregidores, mayordomos y a todos sus bailíos y vasallos, salud.



Los monjes de la Catedral de Canterbury declaraban tener el único derecho para elegir al sucesor de Huberto, pero tanto los obispos ingleses como el rey tenían interés en elegir al sucesor de este poderoso cargo. Cuando la disputa no pudo ser resuelta, los monjes eligieron en secreto a uno de sus miembros como arzobispo. Una segunda elección fue impuesta por Juan, resultando en otro candidato. Cuando ambos aparecieron en Roma , Inocencio desautorizó ambas elecciones y su candidato Esteban Langton fue elegido con las objeciones de los observadores de Juan. Inocencio, entonces, hizo caso omiso del derecho del rey en la selección de sus propios vasallos. Juan mantuvo su posición apoyado por los barones ingleses, y la mayoría de los obispos se negaron a aceptar a Langton.


Juan expulsó a los monjes de la Catedral de Canterbury en julio de 1207 y el Papa ordenó un interdicto contra el reino. Juan tomó inmediatamente represalias embargando las propiedades de la iglesia por faltar al servicio feudal y continuó la disputa. Los píos de Inglaterra teóricamente fueron dejados sin ninguno de los servicios de la iglesia, pero durante este período se acostumbraron a las privaciones. Mientras tanto, el Papa se dio cuenta de que un periodo tan largo sin servicios eclesiásticos podrían llevar a la pérdida de la fe y dio permiso a algunas iglesias para celebrar liturgias masivas a puerta cerrada en 1209 . El año 1212 , permitieron las extremas unciones a los moribundos. Mientras el interdicto era una carga para muchos, no tuvo como resultado una rebelión contra Juan.
En noviembre de 1209 , Juan fue excomulgado y en febrero de 1213 , Inocencio amenazó con medidas más drásticas a menos que Juan se rindiera. Los términos papales de sumisión fueron aceptados en presencia del legado papal Pandulfo en mayo de 1213, según el cronista Matías París en la iglesia de los Caballeros Templarios en Dover. Además, Juan ofreció la rendición del reino de Inglaterra a Dios y a los Santos Pedro y Pablo para servicio feudal de 1.000 marcos anuales, 700 por Inglaterra y 300 por Irlanda. Con esta rendición, formalizada en la Bula Áurea, Juan ganó el valioso apoyo de su señor feudal papal en su nueva lucha contra los barones ingleses.


Habiendo tenido éxito en sofocar el levantamiento galés de 1211 y cerrado su disputa con el papado, Juan llevó su atención a sus intereses de ultramar. Las guerras europeas culminaron en la derrota de la Batalla de Bouvines , lo que forzó al rey a aceptar un acuerdo de paz desfavorable con Francia.
Esto finalmente volvió a los barones en su contra (algunos ya se habían rebelado después de su excomunión) y se reunieron con sus líderes en Runnymede, cerca de Londres , el 15 de junio de 1215 , para sellar la Carta Magna . Debido a que había sido firmada por coacción, sin embargo, Juan recibió la aprobación de su señor el Papa para romper su palabra tan pronto como las hostilidades cesaran, provocando la primera guerra de los barones e invitando a la invasión francesa del príncipe Luis VIII de Francia , a quien la mayoría de los barones ingleses había invitado a reemplazar a Juan en el trono. Juan viajó por el país para oponerse a las fuerzas rebeldes, incluyendo un asalto personal de dos meses al Castillo de Rochester .


Juan I de Inglaterra, más conocido como Juan sin Tierra (originalmente Sans-Terre en francés, Lackland en inglés) (*Palacio de Beaumont, Oxford, 24 de diciembre de 1166 – †Castillo de Newark, Nottinghamshire, 18 de octubre de 1216), fue rey de Inglaterra y Señor de Irlanda.
Reinó sobre Inglaterra desde el 6 de abril de 1199 hasta su muerte en 1216. Sucedió en el trono a su hermano mayor, el rey Ricardo I de Inglaterra (conocido como «Ricardo Corazón de León»). Juan se ganó el apodo de «Sin tierra» debido a su carencia de herencia por ser el menor de los hijos y por su pérdida de los territorios en Francia; también fue apodado «Espada Suave» por su conocida ineptitud militar. Fue un rey Plantagenet o de la línea angevina.


El fortalecimiento de la nobleza se produjo durante la ausencia de Ricardo I Corazón de León. Su unión le sirvió para imponer a Juan Sin Tierra la Carta Magna y le obligó a cumplirla, a pesar de sus intentos de derogarla. Pero no sólo la alta nobleza se había independizado, sino también la nobleza media, que se alió con la burguesía urbana y las ciudades. Todos ellos aspiraban a limitar el poder del rey y a tener una mayor representación en el gobierno del reino. La Carta Magna fue condenada, y anulada por el papa Inocencio III, lo que le sirvió a Juan Sin Tierra para que no entrara en vigor.






En el preámbulo de esta carta nombra a los caballeros templarios,
TODOS QUE ANTE DIOS, para bien de nuestra alma y de la de nuestros antepasados y herederos, en loor a Dios y para mayor gloria de la Santa iglesia, y la mejor ordenacion de nuestro Reino, por consejo de nuestros reverendos padres Esteban, arzobispo de Canterbury, primado de toda Inglaterra y cardenal de la Santa iglesia Romana: Enrique, arzobispo de Dublin; Guillermo, obispo de Londres; Pedro, obispo de Winchester; Jocelino, obispo de Bath y Glastonbury; Hugo, obispo de Lincoln; Walter, obispo de Coventry: Benedicto, obispo de Rochester: Maestro Pandolfo, subdiacono y miembro de la casa papal Hermano Aimerico, maestre de los caballeros templarios en Inglaterra Guillermo Marshall, conde Pembroke Guillermo, conde Salisbury: Guillermo, conde de Warren Guillermo, conde Arundel; Alan de Galloway, condestable de Escocia; Warin Fitz Gerald, Pedro Fitz Herbert, Huberto de Burgh, senescal del Poitou, Hugo de Neville, Mateo Fitz Herbert, Tomas Basset, Alan Basset, Felipe Daubeny, Roberto de Roppeley, Juan Marshall, Juan Fitz Hugh y otros leales vasallos
Será mito o realidad, pero la carta magna, fue apoyada por los templarios,




Fuentes:

No hay comentarios:

Publicar un comentario