viernes, 7 de octubre de 2011

La Torre Eiffel es el símbolo indiscutido de Paris

La Torre Eiffel es el símbolo indiscutido de Paris



La Torre Eiffel es el símbolo indiscutido de Paris, de Francia y hasta nos atrevemos a decir que de Europa. Es, seguramente, lo primero que viene a la mente cuando pensamos en París.

La Torre Eiffel fue construida para la Exposición Universal de 1889 que se celebraría en conmemoración del centenario de la Revolución Francesa. Gustave Eiffel y su compañía fueron los emprendedores de semejante proyecto que comenzando en 1887 fue concluido en marzo de 1889, poco más de dos años después. La obra generó no pocas controversias, sobre todo entre los artistas de la época, que pensaban en la torre como en un "monstruo de hierro" en medio de la ciudad del romanticismo.

Un sondeo elaborado por encargo del diario "Le Figaro" ha dado como resultado que para 55.5 % de los consultados la esbelta torre diseñada por el arquitecto Gustave Eiffel encarna la idea de Francia, como quizás lo hace para millones de personas en todo el mundo.
Visitada por unos siete millones de personas al año -en total se estima que han subido a la torre desde su inauguración 236 millones de personas- la Torre Eiffel se pone por delante del palacio de Versalles, al suroeste de París, que simboliza lo francés para 20.3 % de los consultados.
El monumento, que estuvo a punto de ser desmontado al acabar la Exposición Universal de 1889 para la cual se construyó, tuvo que superar en su momento la oposición inicial del pueblo de París, que no recibió de buen agrado su levantamiento en los terrenos del Campo de Marte, junto al río Sena.
En total, 30 mil internautas respondieron al llamamiento del diario francés, que este fin de semana publica los resultados de la encuesta sobre los monumentos que encarnan mejor el espíritu francés, justo cuando se celebran las jornadas de puertas abiertas del patrimonio galo.


Si hablamos de características técnicas, la torre es una enorme estructura metálica que pesa unas 10.000 toneladas y su altura, originalmente de 300 metros, es actualmente de 324 metros, incluida la antena de radio y televisión que fue añadida mucho después. Trabajaron en ella unos 200 obreros que unieron más de 18.000 piezas de hierro con 2 millones y medio de bulones. Los cimientos alcanzan los 30 metros de profundidad, debido a la proximidad con el río y la naturaleza del subsuelo.
Compuesta de tres niveles, se puede acceder a los dos primeros mediante escaleras; habrá que juntar aliento para subir los 1665 escalones! De lo contrario se puede tomar el ascensor, que normalmente tiene largas colas de espera...

 
En el primer nivel, a 57 metros de altura, funcionan una oficina de correos, desde donde se pueden enviar postales con la estampilla especial "Paris Tour Eiffel", el restaurante "Altitude 95", una tienda de recuerdos, la sala de recepciones y conferencias "Gustave Eiffel", el Cineiffel, exposiciones con fotos de la torre, y porsupuesto la galería desde la cual se pueden tomar fotos panorámicas de París.
El segundo nivel se encuentra a 115 metros del suelo y desde allí parte el ascensor que lleva al tercer nivel. Hay algunas tiendas de recuerdos, el restaurante Julio Verne y sobre todo, las panorámicas de la ciudad que son espectaculares.
A 276 metros, luego de subir 160 metros en el ascensor, se alcanza el tercer nivel, donde las vistas son absolutamente extraordinarias. En este nivel hay una recreación del lugar de trabajo de Gustave Eiffel, con figuras de cera de Eiffel y su hija Claire recibiendo al inventor Thomas Edison, así como de Gustave Eiffel y sus dos ingenieros, Maurice Koechlin y Emile Nouguier.

 
Cuando se autorizó la construcción de la torre, Gustave Eiffel debía emprender el proyecto con sus propios fondos y el gobierno de la ciudad le permitiría la explotación de la torre durante el término de 20 años, transcurridos los cuales la torre pasaría a formar parte del patrimonio de París. La obra fue un éxito el primer año, pero los siguientes no fueron mejores, ni siquiera iguales al primero.
El destino de la torre al cabo de 20 años parecía no ser otro que la destrucción. Fue por eso que Eiffel hizo hincapié en las grandes ventajas científicas que una construcción de este tipo podía aportar (hasta la construcción del Chrysler Building en New York en 1930 la torre era el edificio más alto del mundo) e hizo instalar una estación meteorológica en la cima y, más adelante, una antena telegráfica, cuyos beneficios quedaron altamente comprobados a nivel militar. Así, Eiffel salvó su torre. A partir de 1921 se comenzaron a emitir programas radiales y con el tiempo llegó la televisión.

Sólo a partir de los años '60 se convierte en un atractivo turístico con la afluencia del público internacional. De todos los monumentos de París, se puede decir que la Torre Eiffel es uno de los pocos que lejos de mantenerse inmutable al paso del tiempo evoluciona y se innova, sea con cambios en el color de la pintura, sea con efectos de iluminación.

Un poco de historia
Concebida en 1884, edificada entre 1887 y 1889 e inaugurada para la exposición universal de 1889 en París, la Torre Eiffel simboliza hoy en día a un país entero, Francia.
Sin embargo, no siempre fue así. La Torre Eiffel formó parte del escaparate económico del país.
Desde 1875, la Tercera República naciente, que se caracterizó por la crónica inestabilidad política, apenas se podía sostener.
En el gobierno, los partidos políticos se suceden a un ritmo constante. Según León Gambetta está a menudo formado por ministros "oportunistas", pero cuya obra legisladora puso las piedras de los principios todavía vigentes en el presente: escuela obligatoria, laicidad, libertad de prensa, etc.

Pero la sociedad de la época pone todavía más atención en los progresos técnicos y en el progreso social. Es esta fe en los beneficios de la ciencia lo que dio origen a las exposiciones universales. Pero desde la primera exposición (Gran Exhibición de los Trabajos de la Industria de todas las Naciones [Great Exhibition of the Works of Industry of All Nations], Londres, 1851), los gobernantes perciben rápidamente que detrás de la puesta tecnológica se perfila una vitrina política, y sería un error no aprovechar la oportunidad. Demostrando su destreza industrial, el país anfitrión muestra su adelanto y superioridad sobre otras potencias europeas, que reinaban entonces el mundo. Bajo esta visión, Francia acoge repetidas veces la Exposición Universal, en los años 1855, 1867 y 1878. Jules Ferry, presidente del Consejo de 1883 a 1885, decide revivir la idea de celebrar una exposición universal en Francia. El 8 de noviembre de 1884, firmó un decreto que establece oficialmente la celebración de una Exposición Universal en París del 5 de mayo al 31 de octubre de 1889. El año escogido no fue al azar, porque simboliza el centenario de la Revolución francesa. París es una vez más el «centro del mundo». Aunque del lado del Nuevo Mundo las cosas evolucionan rápidamente y es al otro lado del Atlántico, en el seno de la joven potencia económica de los Estados Unidos de América, donde verdaderamente nacerá la idea de una torre de 300 metros. En efecto, en el momento de la Exposición universal de Filadelfia en 1876, los ingenieros americanos Clark y Reeves, imaginan un proyecto de un poste cilíndrico de 9 metros de diámetro sostenido por obenques metálicos, anclado en una base circular de 45 metros de diámetro, con una altura total de 300 metros. Por falta de créditos, su proyecto jamás verá la luz, aunque sería publicado en Francia en la revista Nature.
En la misma situación, el ingeniero francés Sébillot saca, en los Estados Unidos, la idea de una «torre-sol» de hierro que alumbraría París.

Para ello, se une con el arquitecto Jules Bourdais, quien trabajaba en el proyecto del Palacio del Trocadero para la Exposición Universal de 1878. Juntos, concebirán un proyecto de "torre-faro" de granito, de 300 metros de altura que conocerá varias versiones, el cual competirá con el proyecto de torre de Gustave Eiffel, y finalmente, jamás será construido.
En junio de 1884, dos ingenieros de la empresa Eiffel, Maurice Koechlin y Émile Nouguier, jefe de la oficina de proyectos y el jefe de la oficina de métodos, respectivamente, estudian el proyecto de una torre metálica de 300 metros. Esperan poder hacer de ella el centro de atención de la Exposición de 1889.

El 6 de junio exactamente, Maurice Koechlin realiza el primer croquis del edificio. El dibujo representa una torre alta de 300 metros, donde las cuatro caras curvas están unidas por plataformas cada 50 metros hasta llegar a la cumbre. Gustave Eiffel dice no estar interesado en el proyecto, sin embargo, les concede a los diseñadores la autorización para proseguir con el estudio.
Stephen Sauvestre, arquitecto en jefe de la empresa Eiffel es llamado para colaborar en el proyecto y vuelve a dibujar completamente el edificio para darle otra envergadura: añade un pesado pie de mampostería y une la torre hasta el primer piso mediante arcos, reduce el número de plataformas de cinco a dos, hace del diseño de la torre algo parecido a un faro, entre otros cambios.
Esta nueva versión del proyecto, embellecida con barniz decorativo, es presentada de nuevo a Gustave Eiffel, que en esta ocasión, se muestra entusiasta con el proyecto; hasta tal punto que deposita, el 18 de septiembre de 1884, en su nombre y los de Koechlin y Nouguier, una patente para «una nueva disposición que permita la construcción de pilas y torres de metal con una altura superior a 300 metros». poco tiempo después compra los derechos de Koechlin y Nouguier, para obtener los derechos exclusivos sobre la futura torre que, por lo pronto, lleva su nombre.
El genio de Gustavo Eiffel no reside en la concepción del monumento, sino en la energía que gastó a hacer conocer su proyecto a los gobernantes, a los responsables y al público en general, para poder construir la torre; y, cuando lo logró, en la inversión para hacerlo, que ante los ojos de todos, seguía siendo un simple desafío arquitectoral y técnico o un objeto puramente estético (o inestético según otros). También financió con sus propios fondos algunos experimentos científicos llevados a cabo sobre o desde la torre Eiffel, los cuales permitieron perpetuarla.

Alexandre Gustave Eiffel (15 de diciembre de 1832, Dijon - 27 de diciembre de 1923, París) fue un ingeniero francés, especialista en estructuras metálicas. El apellido Eiffel fue adoptado por uno de sus antepasados a principios del siglo XVIII, tomado de su lugar de nacimiento: Marmagen, en la región de Eiffel, ya que en francés no se podía pronunciar su verdadero nombre: Alessandre Gustaf Bönickhausen.
No pudo ingresar en la École Polytechnique y estudió en la École Centrale de París, en la que se graduó como Ingeniero en 1855. Poco después empezó a trabajar en una empresa de equipos para ferrocarriles.
En 1867 funda la consultora y constructora Eiffel et Cie. que adquirió un gran prestigio internacional en el uso del hierro, construyendo cientos de importantes estructuras (puentes, grúas, estaciones, etc.).
Con la ayuda del ingeniero belga Téophile Seyrig, se adjudicó una subasta internacional para diseñar y construir un viaducto de 160 metros de luz sobre el río Duero, entre Oporto y Vila Nova de Gaia, Portugal. Su propuesta usaba el "método de fuerzas", una técnica nueva para diseñar estructuras, creada por Maxwell en 1846. El Puente María Pía está constituido por un doble arco que sostiene la vía única de ferrocarril por medio de pilares que refuerzan todo el puente. La construcción fue bastante rápida y estuvo concluida en menos de dos años (5 de enero de 1876 - 4 de noviembre de 1877). Fue inaugurado por el rey Luis I y la reina María Pía. El puente se utilizó hasta 1991 (114 años) y se sustituyó por el nuevo puente de San Juan.
También construyó el viaducto de Garabit en Truyère, que tuvo el arco de mayor luz de su época (165 m).
Su construcción más famosa es la Torre Eiffel. Construida entre los años 1887 y 1889 para la Exposición Universal de 1889 en París, Francia. Esta gran estructura de hierro, aparte de ser un símbolo parisino, llegaría a tener varios usos a lo largo de la historia. En plena Segunda Guerra Mundial se utilizó como antena para que los aliados pudieran espiar las maniobras del ejército Nazi. Por otro lado, no es tan sabido que él diseñó la estructura interna de la Estatua de la Libertad de Nueva York Adquirió experiencia en la construcción diseñando puentes de hierro.

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Por todo esto la Torre Eiffel es el símbolo indiscutido de Paris, de Francia y hasta nos atrevemos a decir que de Europa. Es, seguramente, lo primero que viene a la mente cuando pensamos en París.


Fuentes:

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